El presidente de la comisión de fiestas del Corpus Chisti de Feleches, Beni Quidiello, y la mayoría del equipo que saca adelante las fiestas desde hace cerca de diez años, casi se criaron, podría decirse, con la organización.
Quidiello lleva 27 años, desde que era un crío de 15, trabajando en la comisión, y al igual que otros muchos compañeros, sabe lo que es dar el callo. Hace una década, los antiguos miembros de la directiva decidieron que estaban cansados y que era hora de pasar el testigo, y fue cuando la generación de Beni Quidiello tomó el mando.
El cambio de generación supuso también un cambio importante en la fiesta. "Cuando éramos crios, la fiesta tenía el bar de la barraca, muy modesto, con hierros y una lona; era una vebena pequeña, la barra, y ya está", rememora.
La nueva directiva quiso dar un salto cualitativo y cuantitativo, que hizo de la fiesta lo que es hoy. "Un bar como el de antes está completamente obsoleto, era demasiado modesto; ahora tenemos una carpa de casi 600 metros cuadrados", explicó.
También las orquestas eran más pequeñas, y hoy se esfuerzan por traerlas más grandes. El cambio significa, también, meterse en líos económicos. "Antes era solo el factor humano, ahora hay más gastos, se mueve bastante dinero para dar un servicio mejor a todo el mundo", señala el presidente.
Un ejemplo del cambio es la sidra, que antes se conservaba en baldes con hielo y que ahora se guarda en un camión termo del que se sacan las botellas con la temperatura ideal.
Pero los nuevos tiempos no han supuesto solo crecimiento. Aunque hay más actividades, la directiva ha decidido, este año, reducir los días de fiesta de cuatro a tres. Antes duraba de viernes a lunes. Este año se desarrollará entre el sábado 27 y el lunes 29 de mayo. Y se ha suprimido, por ejemplo, una parrillada que se había venido haciendo durante 14 años.
La razón, según Quidiello, es que "son demasiados gastos para la gente". La comisión entiende que pasarse cuatro días de gasto continuo, por más que los precios sean razonables, puede ser excesivo para los bolsillos de muchas personas. De ahí la reducción de fechas.
Pero ello no implica una caída en la calidad de la fiesta, sino, quizá, todo lo contrario. Este año, por ejemplo, se celebra la segunda concentración de vehículos clásicos, el domingo, tras el éxito de la primera, que reunió 106 participantes. La organización espera convocar a más, si el tiempo acompaña. Y, además, para contentar a quienes vienen de visita, y conscientes de que los restaurantes del entorno estarán saturados, la comisión servirá tapas en el bar de la fiesta.
Sábado y domingo habrá dos grandes verbenas, la primera con "Atlanta" y "Versión Original", y, la otra, con "Waykas Family" y "Assia", y sigue el concurso de tortilla de patata. El de sidra casera pasa a septiembre.
Y en todo caso, el gran valor de la fiesta, según el presidente, es la alta colaboración que tiene. "Además de la comisión, que somos ocho personas, hay otras doce o catorce que siempre están ahí para echar una mano; es algo que valoramos mucho", concluyó.
