"Otra vez está esto parado. No hay día que pase por aquí que no me lo encuentre parado". Rosario Solano, que tiene 83 años y camina con una muleta, se refiere a la cinta mecánica que sirve para dar acceso a la entrada al ascensor de Ciudad Naranco, el elevador que se colocó para salvar el desnivel que existe entre los dos tramos de la calle Fernández de Oviedo. El tramo entre el cruce con Montes del Sueve y la puerta del ascensor "también está en cuesta" y a la mujer, como a muchos otros vecinos del barrio con problemas de movilidad, le viene "muy bien" la cinta.

Los residentes de la zona explican que el problema no es que se produzcan averías. Lo que ocurre es que la cinta mecánica tiene un sistema se seguridad que la frena en seco en caso de que alguien la active, por si ocurriese algún problema con algún usuario. "La cinta está siempre parada porque alguien toca el botón para que se pare de forma intencionada y después hay que esperar a que vengan los que llevan el mantenimiento para que vuelvan a echarla a andar. A veces hay gente que lo hace sin querer, pero son las menos", asegura otro vecino del barrio.