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Los artesanos de la Losa critican la pasividad ante los manteros

"En 2018 vendremos con la manta", replican los comerciantes ante la falta de respuesta de la SOF y la Policía a sus quejas

Varios bolsos expuestos ayer sobre una manta en la Losa. IRMA COLLÍN

Los artesanos situados en la losa de Renfe durante la feria de la Ascensión con sus puestos de bisutería, cuero y otros productos elaborados en sus talleres, criticaron ayer la pasividad de la policía con los manteros. "Pagamos por el suelo y no tenemos por qué aguantar una situación así. Vivimos de esto, es una falta de respeto", denunciaba ayer uno de los fabricantes de joyería, que sufrió la competencia de los puestos ilegales a pesar de haber afrontado el papeleo y realizado el desembolso correspondiente para vender sus productos. "¿Esto es la Ascensión o un mercadillo?", se preguntó este artesano. "El año que viene tendremos que venir nosotros también con la manta".

Varios comerciantes del paseo de La Losa dirigieron sus críticas a la Sociedad Ovetense de Festejos (SOF) y lamentaron que sus quejas ante la organización no tuvieron ningún efecto. De la misma forma, denunciaron, los agentes de la Policía Local y Nacional pasearon entre los puestos con ropa, complementos o juguetes extendidos por el suelo que compartieron espacios con los stands de los artesanos sin pedir a sus vendedores ilegales que los retiraran. La situación sorprendió a los comerciantes que realizaron los trámites y asumieron el pago de las tasas: "No tiene ni pies ni cabezas". Los propios vendedores señalaron que esta circunstancia se repite de forma habitual en los mercados pero destacaron que la competencia ilegal fue muy elevada durante la Ascensión. De este modo, apuntaron que mientras algunos de los productos no atraen a sus clientes potenciales, otros generan un conflicto comercial directo.

En algunos casos, detallaron, había comerciantes, unos con manta y otros con puesto, ofreciendo el mismo servicio. "Vino a mirar lo que cobraba y se puso a venderlo a mitad de precio", criticaba cabreado el responsable de un puesto en el que se colocaban trenzas de cuero. "Pero te quejas a la SOF y a la Policía y nadie hace nada", lamentó. Los artesanos señalaron también que los productos expuestos sobre el suelo redujeron el espacio para los visitantes lo que, a su juicio, puso en riesgo la seguridad. "¿Y si pasa algo por donde se mueve toda esta gente?", protestaron.

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