Ocurrió alrededor de las tres y diez de la tarde de ayer, cuando en el supermercado situado en la calle Alonso de Proaza, en el barrio de la Tenderina, no había casi clientes. Un hombre "con gorra y gafas de sol" se acercó a una de las cajas, sacó una pistola que llevaba encima y apuntó a la cabeza de la trabajadora que en ese momento se encontraba en el puesto. "Esto es un atraco, dame todo lo que tengas", le dijo. Esta es la versión de una de las compañeras de la cajera, porque cuando este diario se personó en el lugar de los hechos, la mujer había tenido que ser trasladada a un centro sanitario con una crisis de ansiedad. "Seguro que no viene en unos días. Se ha llevado un susto terrible", explicaba otra de las trabajadoras.

En el momento del atraco el establecimiento estaba casi vacío y la mayoría de los trabajadores se encontraban reponiendo o "haciendo cosas por la tienda". De repente, escucharon el grito de su compañera. "Ella empezó a gritar, entonces todos nos asustamos y salimos a ver qué estaba ocurriendo", relata la testigo. La reacción de la cajera hizo que el atracador se pusiera nervioso. "Cogió todo lo que pudo y se fue corriendo", añaden las mismas fuentes. Pero el botín no fue ni mucho menos cuantioso. "Todavía no hemos hecho caja y, por lo tanto, no podemos saber lo que se ha llevado, pero lo que está claro es que no ha sido mucho. La chica acababa de ponerse en el puesto hacía muy poco rato y no habían pasado muchos clientes", explica la encargada del supermercado.

Todo ocurrió tan rápido que los trabajadores ni siquiera pudieron ver la dirección que tomó el atracador para huir del supermercado. "No sabemos hacia donde se dirigió, porque nosotros no estábamos cerca y nuestra compañera estaba tan asustada que ni siquiera se fijó", señala una de las cajeras. "Bastante tenía con recomponerse después de haber tenido una pistola enfrente de su cara", apunta a su vez otro de los presentes.

Al tiempo que LA NUEVA ESPAÑA recababa la versión de los testigos, los miembros de la Policía Científica peinaban el supermercado en busca de pistas. Los investigadores tomaron fotografías, aplicaron reactivos a la caja que fue asaltada en busca de huellas dactilares y se llevaron el contenido de las cámaras de seguridad para analizarlas. Mientras tanto, varios coches de la Policía Nacional hacían ronda en busca de un hombre que se asemejase a la descripción ofrecida por los trabajadores. Al cierre de esta edición el autor del atraco no había sido detenido.