Un historial delictivo que parece más propio de un guión cinematográfico que de la vida real. Así puede resumirse la trayectoria del hombre que el martes de la semana pasada fue detenido por la Policía Local de Oviedo tras huir desde la plaza de la Cruz Roja hasta Las Vegas (Corvera) a más de 200 por hora. Un varón de 36 años que hoy se enfrenta a un año de cárcel por un delito contra la seguridad vial, que en caso de confirmarse se sumaría a otras cinco condenas que acumula desde el año 2013 por diferentes motivos.

Saúl R. P., de 36 años y vecino de Gijón, ya mostró el pasado viernes en los juzgados que lo de sentarse en el banquillo no le pilla por sorpresa. "Soy un delincuente, pero buena persona", admitía y puntualizaba al mismo tiempo el hombre que, sin ir más lejos, fue condenado por un delito de lesiones hace siete meses y, justo un mes antes por otro, también de lesiones, en este caso, en el ámbito familiar.

No fueron estas las únicas ocasiones en las que se sentó ante un juez. El 29 de abril de 2015 fue condenado por quebrantar una condena anterior y en septiembre de 2013 ya tuvo que pagar por un primer caso de lesiones en el ámbito familiar.

Todo un amplio currículum que el propio ministerio fiscal da a entender que es mucho más amplio, pues a la hora de enumerar los antecedentes del acusado, la Fiscalía cita estas cinco condenas "entre otras", una coletilla que utiliza para abreviar un expediente que parece interminable.

Queda por ver si finalmente el juez decide condenar de nuevo a un Saúl R. P., que tras ser detenido en Corvera dio positivo por alcohol hasta en dos ocasiones en apenas un cuarto de hora. Las pruebas arrojaron 0,54 y 0,52 miligramos por litro en aire espirado, respectivamente, a lo que hubo que añadir el positivo por consumo de antidepresivos registrado en unas pruebas posteriores en el HUCA. Estos factores que podrían haber influido a la hora de cometer los delitos de conducción temeraria y contra la seguridad vial de los que se acusan y por los que le piden un año de cárcel, así como la retirada del carné por dos años.

Sea o no condenado finalmente, al acusado no parece importarle mucho, pues el pasado viernes se jactó de que su fuga estaba justificada. "Escapé porque llevaba cinco pollos -gramos de cocaína-", admitió antes de entrar al juzgado el hombre que presume tener un coche que "vuela".