En mitad de la sala de espera del centro de salud de La Manjoya hay un radiador con ruedas, de esos eléctricos, con un cable que atraviesa la estancia hasta el enchufe. Las ventanas son de madera, alguno de los cristales está roto y hay una puerta chirriante que da acceso a un patio lleno de maleza y suciedad. "Nada más entrar se ve que esto es una vergüenza. Se cae a cachos y aquí nadie hace nada por evitarlo", denuncia Ángeles Álvarez, que ayer acudió a la cita que los vecinos fijaron con los medios para hacer públicas sus quejas y exigirle al Principado "que reforme el centro o que construya uno nuevo" para las "casi 1.200 personas que están empadronadas" en este punto de Oviedo.

Lejos han quedado aquellos años de ajetreo en los que el centro de salud pertenecía a la fábrica de explosivos Río Tinto, cuando las consultas eran diarias y el médico fijo. Tras el cierre de la factoría, el servicio pasó a manos públicas y comenzó deterioro. "Somos un consultorio periférico que depende del centro de salud de Otero, pero no podemos seguir en estas condiciones. No hay baños para algo tan básico como recoger un análisis de orina y los médicos sólo vienen dos días por semana y más o menos una hora y media por día", asegura Milagros Falcón, otra de las vecinas. "Ni los propios médicos quieren venir por las condiciones insalubres en las que trabajan. Cuando te acostumbras a uno hace lo posible por marcharse y te traen a otro", añade la mujer.

Los vecinos estuvieron ayer con la concejal del Partido Popular Covadonga Díaz, que les anunció que su grupo tiene previsto presentar en el próximo Pleno una moción para instar al Principado "a que tome medidas para solucionar el problema que existe en La Manjoya". Díaz asegura que el alcalde, el socialista Wenceslao López, "también es conocedor del estado en el que está el centro de salud y cómplice de la pasividad que mantiene a estos vecinos así desde hace mucho tiempo". "El material médico es obsoleto, hay humedad, no hay calefacción en condiciones... La Manjoya se merece un centro de salud nuevo o una reforma en condiciones", sostiene. Por otro lado, los vecinos de la zona también se quejan de "la suciedad" que se acumula en los solares que siguen sin construir, de la escasa limpieza de las calles, de la falta de iluminación o de "las carreras ilegales que se montan a las cuatro de la mañana".