Rufo no está en su sitio. La estatua del perro callejero que adorna desde hace alrededor de dos años la esquina de las calles Uría y Doctor Casal, en el centro de Oviedo, ha sido traslada a dependencias municipales para subsanar un problema en el anclaje que le sujeta al suelo.

Un agente de la Policía Local fue quien dio la alarma sobre el problema en el anclaje, tras lo que los operarios municipales se llevaron la estatua para restaurarla. Numerosos viandantes mostraron su sorpresa por la ausencia del perro más famoso de Oviedo.