Ni acercamiento ni mano tendida. Las relaciones entre el gobierno tripartito de Oviedo y la Iglesia pasan por sus horas más bajas. Según ha podido saber este periódico, tanto el Arzobispado como el Cabildo de la Catedral de Oviedo han comunicado al Alcalde, el socialista Wenceslao López, que rechazan su invitación para la tradicional celebración de las fresas del Corpus. El gesto supone un portazo en las narices a un regidor que a finales de abril justificaba su ofrecimiento en la necesidad de mantener "la buena vecindad" institucional.

Aunque ni el Cabildo ni el Arzobispado dieron ayer explicaciones sobre esta decisión, el motivo que llevó a los religiosos a declinar la invitación podría estar en el cambio de fecha promovido por el primer edil. Si bien es cierto que el día del Corpus es el mismo jueves, el acto se celebraba tradicionalmente al domingo siguiente de la festividad, justo después de la misa dominical. Sin embargo, el Ayuntamiento había propuesto este año desplazar las tradicionales "fresas" al mismo jueves. La agenda del Alcalde, que este fin de semana acudirá a Madrid para participar en el Congreso del PSOE, le impedía estar presente el domingo.

No obstante, todo parece indicar que esto sería sólo la punta de lanza de muchos argumentos a los que tanto el Arzobispado como el Cabildo podría recurrir, pues bien es cierto que la invitación cursada por López en abril dejó en evidencia las diferencias existentes en el seno del tripartito respecto a la postura que debe mantener el ejecutivo en lo que concierne a sus relaciones con la institución religiosa. Justo al día siguiente de conocerse el ofrecimiento, IU salió a la palestra para denunciar que el gesto del primer edil vulneraba el pacto de laicidad aprobado por el pleno municipal el pasado septiembre. Postura que tampoco sentó nada bien, pues la edil Cristina Pontón llegó a señalar que al Arzobispo "no le apetecería comer fresas en una temporada", al tener que declarar por el caso Lumen Dei.