Los desencuentros entre el gobierno tripartito de Oviedo y la Iglesia van camino de convertirse en un clásico de este mandato. La negativa de los canónigos de asistir a la invitación para el acto de las fresas del Corpus es sólo el último episodio de una relación que comenzó a romperse en el caldo de Ramos del año pasado.

Por primera vez en 50 años el ejecutivo local decidió en 2016 trasladar la clásica cita conjunta de Trascorrales a la Catedral. Asimismo, los ediles del gobierno eludieron asistir a la misa y sólo estuvieron presentes en el caldo. Hechos de los que el deán de la Catedral, Benito Gallego llegó a decir que fueron "casi motivo de escándalo". Como respuesta, los canónigos declinaron organizar este año el caldo argumentando que carecían de instalaciones para ello, a lo que ahora sigue el rechazo a la invitación a las fresas.