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FERNANDO LLENÍN | Deja la parroquia de San Francisco de Asís después de dieciocho años

"El domingo me despido de la Gesta, hay cierta prisa por que me vaya a Gijón"

"En estos años hubo muchas mieles y pocas hieles, y llevo muchas cosas buenas en mi corazón"

Fernando Llenín se despedirá el domingo de su parroquia, la de San Francisco de Asís, conocida popularmente como la de la iglesia redonda o de la Gesta. Aún no sabe qué día tomará posesión como párroco de la iglesia gijonesa de San José. Ayer, este cura de padre ovetense y madre leonesa, aunque nacido en Santander hace 62 años, echó la vista dieciocho años atrás y lo hizo con nostalgia y emoción. El abad de Covadonga, Juan José Tuñón, será su sucesor.

- Le llega la hora de la mudanza.

-De ir a otro lugar, donde me manda el Arzobispo, que es para lo que estamos

- ¿Pesa más la pena de la marcha o la ilusión por llegar a Gijón, donde pasó parte de su infancia?

-La pena, porque fueron muchos años, muchas personas a las que traté, muchas experiencias personales y familiares vividas en esta parroquia, y todo esto lo llevo en el corazón.

- Y le llega también la hora de mirar atrás y hacer balance.

-Más positivo no puede ser porque en estos años hubo muchas más mieles que hieles. Quizás al principio, cuando llegué, a algunos fieles les costó adaptarse al nuevo párroco, pero se superó y marcho sin un mal recuerdo.

- ¿Marcha con la sensación de haber dejado algo pendiente en el camino?

-Desde que me ordené sacerdote me dediqué mucho a los jóvenes, como era propio de un cura joven, y por eso en los primeros doce años que pasé en esta parroquia mi trabajo más intenso fue con ellos. Y en este tiempo lo que sí he visto es el cambio generacional tan enorme y también tan acelerado que hubo en estos últimos años. Es una zona en la que la población ha envejecido y muchos de los jóvenes se han ido a vivir a otros lugares.

- Alguna otra labor de la que esté más orgulloso...

-Del equipo de Cáritas, tanto del anterior como del actual, que se ha renovado y que está realizando una labor que en los años más duros de la crisis económica fue decisivo para muchas familias. Además los feligreses son muy solidarios y generosos.

- ¿Alguna sensación amarga?

-No tengo.

- ¿Ni siquiera por el desencuentro con la Hermandad de Defensores de Oviedo? Ellos no entendían que no hubiera misa por los caídos.

-La historia no se detiene. Se terminó la Guerra Civil y finalizó esa etapa que es muy interesante, pero para estudiar sobre ella.

- El domingo se despide.

- Sí, porque hay una cierta urgencia, prisa o necesidad, no sé muy bien lo que es, pero lo cierto es que tengo que marchar para Gijón lo antes posible, aunque aún no sé el día exacto. El domingo, el de Corpus Cristi que es el Día de la Caridad, espero que con serenidad y alegría, me despediré de mis feligreses.

- Se va a una parroquia que sociológicamente es muy parecida a ésta. ¿Ventaja o desventaja para un cura que tiene fama de que le van los retos?

-Gijón no lo conozco en profundidad. Estoy seguro que me recibirán bien como aquí harán lo mismo con mi sucesor, y por mi parte pondré todo lo que soy para servir y amar a esa parroquia con todas mis fuerzas.

- Director del Instituto de Estudios Teológicos de Oviedo, profesor de Teología en la Universidad y además habla varios idiomas, entre ellos el alemán. Llega a Gijón con una buena carta de presentación.

-Hice la tesis doctoral de Filosofía en Bonn, donde trabajé con los emigrantes españoles. La tesis la defendí en Roma.

- No pasan desapercibidos sus conocimientos filosóficos, especialmente su visión sobre el pensamiento de Gustavo Bueno.

-Fui su alumno y mi tesina fue sobre el materialismo filosófico contemporáneo. Uno de los capítulos se lo dediqué al profesor Bueno en un momento en que su obra fundamental giraba en torno a los ensayos materialistas.

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