Sid Lowe (Archway, Londres, 1976) llegó a Oviedo con veinte años como estudiante del programa Erasmus y se enamoró perdidamente de la ciudad y de su equipo de fútbol. Actualmente trabaja en Madrid como periodista deportivo -sigue la Liga española para medios internacionales como The Guardian o ESPN-, pero se siente "muy ovetense" y presume de ser un hincha incondicional del Real Oviedo allá por donde pisa. Esa intensa conexión con la ciudad, su papel de embajador internacional del conjunto azul y las 1.538 firmas recogidas entre los ciudadanos para avalar la candidatura le han servido para convertirse en el próximo pregonero de las fiestas de San Mateo. El Ayuntamiento lo hizo ayer oficial.

- ¿Cómo ha recibido la noticia?

-Pues con mucha alegría, pero también creo que estoy metido en un buen lío. Lo digo porque me va a resultar muy difícil encontrar las palabras para describir lo mucho que siento por Oviedo. No obstante, es un orgullo poder tener este privilegio y trataré de hacerlo lo mejor posible.

- Han sido los propios ovetenses, sobre todo los más futboleros, los que le han propuesto como pregonero.

-Pues por eso es un honor muy grande. Sólo espero estar a la altura de una ciudad y de una gente que forman parte de mi corazón. Es algo precioso, ya me lo estoy imaginando y seguro que va a ser muy bonito.

- ¿Cómo le nació esa pasión por el Real Oviedo?

-La pena es que no hay una gran historia, fue consecuencia de estar en el sitio adecuado y en el momento preciso. Cuando llegué a Oviedo andaba con un grupito de ingleses y todos éramos muy futboleros, así que decidimos acudir a algún partido del equipo. Me acuerdo que fui por primera vez a verlos jugar contra el Deportivo de La Coruña. Después fui al siguiente, repetí otra vez y acabé asistiendo a todos los partidos de la temporada y viajando a ver al equipo fuera con grupos como Chiribí o Symmachiarii. Yo creo que el fútbol me sirvió de puerta de entrada a la ciudad y que me enamoré del Real Oviedo desde el primer día.

- ¿Le tocó cubrir alguna noticia relativa al equipo?

-Pues pocas cosas porque tristemente no hemos estado en Primera en todo el tiempo que llevo como periodista en España, pero siempre que puedo busco alguna excusa para sacar algún tema de mi equipo. Escribí sobre Michu, conté cuando la afición no permitió que el equipo se muriese... Hasta ahora he podido escribir sobre fútbol en España sin que mi equipo estuviese implicado, aunque espero que eso cambie y subamos a Primera.

- ¿Podría ser imparcial si eso ocurre?

-Pues me resultará difícil, pero al menos tendré que tratar de ocultar mis sentimientos para ser profesional (risas).

- ¿Cuál ha sido la mayor locura que ha hecho usted por el Real Oviedo?

-Pues he ido a verlo jugar a miles de sitios, pero hay una cosa que nunca olvidaré. Cuando estaba viviendo en la ciudad jugaba en el equipo de fútbol del Grisú y me rompí un tobillo. Tuve algunas complicaciones y estuve ingresado varias semanas, una de ellas la que se disputaba el derbi contra el Sporting en el viejo Tartiere. No podía soportar perdérmelo y solicité salir del hospital en silla de ruedas, con una tabla de madera para mantener la pierna para ver el partido. Empatamos a ceros. También eran un poco locos los viajes en tren a Gijón a los partidos del Molinón. No habría sitio en el periódico para contar todas las cosas que viví en esos vagones.

- La próxima temporada vuelve el derbi.

-A mí me hubiese gustado que fuese en Primera, pero si tiene que ser en Segunda, que lo sea, y que ganemos.

- ¿Es usted de los que quiere que pierda siempre el Sporting?

-No. En este sentido soy un poco raro. Yo no crecí mamando tanto esa rivalidad y por eso no tengo la necesidad de estar en contra del Sporting. Eso sí, está muy claro que soy aficionado del Oviedo y quiero que el rival siempre pierda con mi equipo, pero eso es algo lógico para los que nos gusta el deporte.

- Pida usted un futbolista y un entrenador para la próxima temporada.

-El corazón me pide la vuelta de Diego Cervero, y si viene con Juan Mata, Cazorla y Adrián mucho mejor. Para entrenador me quedaría con Abel Xavier, aunque tampoco estaría mal que lo ayudasen Onopko y Paulo Bento.

- La plaza del Ayuntamiento llena hasta los topes y con banderas del Oviedo escuchando su discurso, ¿se lo imagina?

-Va a costar mucho mantenerse enterito.