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Por tierras de Llanes | Botas para andar en familia

Excursión a los bramidos del mar

La ruta que enlaza San Antolín de Bedón y la playa de Cuevas con Llames de Pría tiene como protagonistas a los majestuosos bufones

Playa de Cuevas del Mar, en Nueva de Llanes. LNE

El recorrido por la costa llanisca que parte de San Antolín de Bedón y la playa de Cuevas y culmina en Llames de Pría, es de una belleza impresionante. La ruta discurre enmarcada por playas salvajes, inmensas montañas, coquetos alojamientos rurales y lugares para visitar, entre los que destacan los bufones de Pría, protagonistas indiscutibles del trayecto.

El nombre de la playa de Cuevas del Mar se debe a las numerosas cavidades talladas por el oleaje en las paredes rocosas de los acantilados que la rodean. El camino parte junto al bar que hay en la playa, donde empieza la carretera.

Se sigue por ella unos metros pasando por un pequeño túnel horadado en la roca, para coger la primera desviación que aparece a la derecha. Allí existe otro cartel que indica el acceso a la cetárea que se encuentra al otro lado del río Cuevas.

Antes de cruzar el río sale un camino a la izquierda, que discurre paralelo al cauce. Se dirige hacia un hermoso puente de madera que debe atravesarse. Se inicia una ligera subida por un pequeño bosquete que lleva junto a una casa que tiene un hórreo enfrente, para llegar poco después a un nuevo cruce señalizado

Al llegar al cruce existen dos opciones para seguir la ruta. La primera es continuar a la izquierda, hacia el pueblo de Villanueva. Es necesario atravesar la población para coger una pista que sale entre los dos núcleos de casas y que se dirige a la costa.

La ruta prosigue por la derecha hasta una señal que marca el camino a los bufones de Pría y poco después lleva a la entrada de la estrecha playa de Villanueva o de la Canal, labrada al fondo de un estrecho y alargado cañón que al fondo tiene un bufón en su cara oeste. El ancho de la playa es de apenas 25 metros y solamente tiene arena en marea baja. Para verla hay que caminar unos metros.

Al llegar al cruce se toma el camino de la derecha que a los pocos metros finaliza junto a unos prados. Esta ruta discurre pegada al acantilado, pero al día de hoy se encuentra casi intransitable.

El paseo avanza por varios senderos. Los conocedores de la zona recomiendan no acercarse a la costa y transitar por los pequeños claros que aparecen, hasta alcanzar la pista que viene de Villanueva.

Al llegar se gira a la derecha para ir hacia el acantilado. A partir de este punto la ruta transita casi por encima del mar. Es preciso ir con mucho cuidado y apreciando los caprichos que la acción del agua ha forjado en el acantilado, con multitud de recovecos y huecos.

Al cabo de un rato se arriba a la llamada "poza de las Grallas", un agujero que comunica el mar con una zona estrecha interior totalmente rodeada de tierra y que tiene una especie de puente en medio.

Tras atravesarlo, cerca del acantilado se puede contemplar la desembocadura del río Guadamía y los bufones de Pría. Entre todos ellos destaca el que se encuentra más cerca de la pista el "Bramadoriu", cuyos bramidos se oyen en los Picos de Europa. Los pastores dicen que "cuando sientas sonar el Pozo Pría, coge leña para el otro día".

Una vez pasados los bufones se toma la pista que se dirige hacia el sur, pasando de la estrecha playa de Pría a la desembocadura del río Guadamía, para llegar poco después a la plaza del pueblo, punto final de esta ruta.

Para regresar a la playa de Cuevas existe la opción de encaminarse a Villanueva o bien seguir por la carretera unos cuatro kilómetros. Esta es la alternativa más recomendable.

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