El Principado ya ha dado los primeros pasos para levantar un nuevo instituto en La Corredoria. Pero los trámites y obras que tiene por delante sitúan la fecha de su entrada en funcionamiento en 2021. El único centro de Secundaria del barrio, sin embargo, fue diseñado para unos 600 alumnos y está previsto que la matrícula del próximo curso alcance los 833. Un volumen que trastorna el día a día de profesores y estudiantes y que ha puesto en armas a las familias para exigir que se aceleren los plazos del nuevo equipamiento. "Lo notamos mucho en los pasillos, en las escaleras y en los patios", apuntan Lena Ardisana, Pablo García y Erik Cano, que el año que viene empezarán 3º de la ESO. "Ya no hay espacio para todos".
Los chicos señalan que cuando llueve pasan el recreo en espacios interiores como la cafetería, que se quedan pequeños. Lo mismo ocurre en los cambios de hora en los pasillos y en las escaleras cuando vuelven a las aulas o a las horas de entrada y salida: "Estamos apretujados y hay empujones". El consejero de Educación, Genaro Alonso, anunció ayer que se reformarán los espacios interiores para ganar dos nuevas aulas y cambiar la cafetería. Una reforma que no convence a las familias ya que no ofrece una solución a la falta de espacio. "Cuando estamos todos los del curso en la misma clase, a veces, faltan mesas y sillas", señala Adrián Solís, que acaba de terminar 2º de ESO. Su madre, Ángeles Ruíz, que tiene otro hijo que empezará 5º de Primaria en septiembre, lamenta que "el instituto se quedó pequeño antes de que terminaran de construirlo y ahora está masificado". En los próximos años, se espera que la matrícula siga aumentando debido a la incorporación de niños de los tres colegios de La Corredoria, uno de los barrios con una natalidad más pujante de Oviedo. "Es muy urgente que construyan uno nuevo porque los barracones y los autobuses a otros centros de la ciudad no son una solución viable".
Las previsiones de la Plataforma de Afectados por la Construcción del Nuevo IES (Paies), que han llevado a cabo ya distintas acciones para tratar de acelerar la llegada del segundo instituto, calculan que en septiembre de 2019 pueda haber en el centro más de 1.100 alumnos. Una situación que consideran insostenible. Los miembros de la asociación mantuvieron una reunión con Educación en la que aseguran que se les propuso que las clases de Bachillerato se diesen por la tarde a partir del curso 2018-19. Una medida que rechazan de forma tajante ya que complica la conciliación de la vida laboral y familiar.
El cambio de horario afectaría también a unos docentes a los que la Paies reconoce "el trabajo que hacen por la educación de nuestros hijos". Valentín Sánchez, miembro de la plataforma, elogia el esfuerzo que supone lidiar con la masificación y ensalza a la plantilla: "Desmuestran un grado de responsabilidad que no tienen sus superiores en la consejería".
