A William Ryan no le importa desorientarse en las calles de Oviedo. Es de Philadelphia, prepara un doctorado y lleva 16 días en la ciudad, donde aprende español y ayuda en las clases de literatura en la Casa de las Lenguas. "La gente aquí muy amable, te ven despistado y ya te indican por dónde ir". Ryan es uno de los 80 estudiantes extranjeros que la Universidad ha traído para sus curso de verano de español para extranjeros. Son en total 160 y ayer, la mitad estaban en Trascorrales, donde les habían citado para una recepción municipal. De fondo, la exposición sobre la monarquía asturiana.

Debía saludarles el concejal de Turismo, Rubén Rosón. Pero allí no aparecía nadie, mientras las profesoras que dirigían al grupo y el personal municipal que por allí andaba se impacientaban. Después de media hora, Laura Barrientos, profesora de la Casa de las Lenguas, tomó un micrófono: "Es la primera vez en veinte años que nos pasa esto. Os pedimos disculpas de corazón. No es culpa ni de los profesores ni de la Universidad". Allí no hubo explicación pero, horas más tarde, un portavoz de Somos dijo a este periódico que el concejal había tenido que acudir de urgencia a un dentista. Barrientos no conocía esto cuando expresó su enfado.

Nadie les dio la bienvenida, por tanto a estos jóvenes, pero ellos, sin mayores inconvenientes, se llevaron los regalos preparados y siguieron su camino. La mayoría son de Estados Unidos y estarán hasta finales de mes hospedados en colegios mayores o con familias.