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Asturianía por los cuatro costados

Un total de 21 alumnos, venidos en su mayoría de Latinoamérica, reciben clases de danza y gaita en los bajos del Tartiere

Escuela de Asturianía

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Escuela de Asturianía Elena M. Chorén

"Va muy lento", comenta el profesor de baile a sus alumnas al tiempo que marca el ritmo con un pandero. En el aula de enfrente suena la melodía de una gaita. El folclore asturiano es el protagonista estos días en la Escuela de Música Tradicional de Oviedo, en los bajos del estadio Carlos Tartiere. Un grupo de 21 alumnos, procedentes de México, Argentina, Venezuela, Chile, Cuba y otros puntos de España, reciben clases de danza y gaita. El objetivo es convertirse en monitores de cultura asturiana una vez regresen a sus lugares de origen. Este es el tercer y último año de aprendizaje de esta promoción de jóvenes. El director de la Escuela de Asturianía, Fernando de la Puente, dice sentirse orgulloso y realizado por la evolución de sus alumnos: "dan mucho más de lo que les pedimos".

Los bajos del Tartiere son una fiesta hasta el próximo 27 de julio, momento en el que terminarán las clases. Hasta entonces, el sonido de las castañuelas y del ronco de la gaita se mezcla con los diferentes acentos y culturas procedentes de ultramar. La madrileña Lara García es de las pocas españolas del grupo. Pertenece a la Casa de Asturias de Alcalá, donde acudió con su madre de pequeña y se enamoró de la cultura asturiana.

Al otro lado del charco también son muchos los que caen rendidos al embrujo asturiano. Natalia Bet y Facundo Vega forman parte del Centro Asturiano de Mendoza (Argentina). Ella baila y él toca la gaita. "Creo que es un instrumento que puede tener salida profesional allá porque es algo muy exclusivo", relata este gaitero de 23 años.

En el Centro de Asturias venezolano también escasean los gaiteros. "Yo bailo asturiano desde los cuatro años pero a los diez comencé a tocar la gaita porque el centro se quedaba sin gente que tocase el instrumento", cuenta Carlos Álvarez, un maestro de la gaita en su país con tan sólo 24 años. Los argentinos de este curso también podrán trabajar como profesores en el colegio de Santa Fé donde se imparten asignaturas ligadas a la cultura e historia de la región.

En Cuba la apuesta por la cultura es un tema complicado. Así lo indica Susana de la Cruz, gaitera desde hace cuatro años en el centro asturiano de la isla. Su profesor asegura que ya viene con una base muy buena. "Aquí les enseñamos a convertirse en buenos formadores", cuenta Balbino Menéndez, el profesor del grupo de gaita mientras salta de una sala de ensayo a otra para controlar a sus alumnos.

La nota de color -rojo y blanco, para más detalles- la puso Ezequiel García. El joven argentino hace sonar su gaita alegremente ataviado con la camiseta de Independiente de Avellaneda. Una indumentaria rojiblanca que no pasa desapercibida en las instalaciones del ovetense estadio Carlos Tartiere. Sin embargo, si hay un color que marque el paso de estos alumnos por la escuela, es el azul de la bandera asturiana. Todo ellos comparten un sentimiento de respeto y pasión por el Principado que han mamado de sus antepasados: los asturianos en el exilio.

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