Era habitual verla con una botella de agua regando los centenares de plantas que tenía, eran su pasión. A pesar de ser mayor y de caminar con dificultad siempre sacaba fuerzas para atender sus macetas. Lo primero que hacía al levantarse era ir al caño a por agua para regarlas. Salía muy fría, así que la dejaba reposar un poco para que templase. Raro era el ejemplar que no tenía en casa. Si le faltaba alguna siempre había una vecina que le regalaba un esqueje.
Sus favoritas eran las begonias. Le fascinaban las enormes hojas de colores tan brillantes. Aunque poseía muchas siempre encontraba alguna nueva. Pedía un par de hojas y las metía en agua. Al cabo de dos semanas comenzaban a salir raíces en el tallo, eso era buena señal. Era cuestión de tiempo que en el centro de la hoja comenzase a crecer una planta. Y así fue como poco a poco, se fue haciendo con una gran colección de estas matas tan agradecidas que llenan de color la casa.
Originarias de Asia, las Begonia Rex, en climas como el asturiano, deben tenerse dentro de casa o en un lugar resguardado durante la primavera y el verano. Han de recogerse en invierno ya que no toleran las bajas temperaturas. Por debajo de trece grados la planta comienza a tener problemas. La temperatura ideal es de unos veinte grados. Las temperaturas altas pueden hacer que la planta seque sus puntas y pierda algo de hoja. Es importante buscarle un lugar con mucha claridad pero sin sol directo, que no le gusta nada. En caso de que le llegue a alcanzar debe ser por poco tiempo y sin que caliente demasiado.
El proceso más delicado es el riego ya que si no se hace por debajo se corre el riesgo de que la planta se pudra. No le gusta nada que se mojen las hojas, así que le pondremos agua en un plato durante un par de horas y pasado ese tiempo retiraremos el líquido sobrante.
El sustrato debe ser suelto y en el fondo de la maceta puede colocarse una pequeña capa de arlita que facilitará el drenaje del agua y mantendrá la humedad en épocas de mucho calor.
La floración no es muy vistosa. Suelen ser flores pequeñas. El máximo atractivo de esta planta es la viva coloración de la hoja y la gran variedad de ejemplares que existen.
En el caso de otros tipos de begonia como la elatior, la begonia siempre flor o la tuberosa, el atractivo está en la floración tan espectacular que se mantiene durante meses.
Podemos encontrarnos con algún que otro problemilla a la hora de adquirir un ejemplar. Los pulgones son uno de ellos. Lo importante es eliminarlos en cuanto se detecta su presencia.
Si el ambiente es muy seco y las temperaturas elevadas pueden aparecer los ácaros. Es importante tratarlos a tiempo. Otro problema que nos podemos encontrar es que por un mal riego la planta se pudra. Si la humedad es elevada y la temperatura baja podemos correr el riesgo de que esto ocurra.
Las hojas a veces comienzan a marchitarse sin ningún problema aparente. Esto puede ser debido a un exceso de temperatura y a un ambiente seco. El fenómeno también puede darse si las temperaturas son muy bajas.
Todo esto lleva a decir que mantener la temperatura adecuada es muy importante para el desarrollo de la planta. No hay nada más sencillo que hacerse con una begonia.
Independientemente de la variedad de que se trate puede desarrollarse a partir de una simple hoja puesta en agua.
Otra buena fórmula son los esquejes. Resulta muy fácil si podemos enraizarlo en agua y cuando ya va asomando las primeras raíces se pasa a una maceta.
La mejor época de l año para llevar a cabo esta operación es la primavera. En el caso de las que tienen rizoma con un trozo sería suficiente. Las que son bulbosas pueden dividirse al año siguiente.
Por lo general las begonias son plantas que se cultivan por sus encantos ornamentales. Ahora bien, también existen variedades que tienen propiedades nada desdeñables.
