Desatendidos. Así se sienten los usuarios de Correos que, atendiendo el horario de atención establecido en la página web del servicio postal, trataron ayer sin éxito de comunicarse por teléfono con las dependencias de la empresa en la ciudad. Si bien el portal de la compañía destaca que oficinas como la de la calle Alonso Quintanilla abre sus puertas los sábados de 9:30 a 14.00 horas, los intentos por ponerse en contacto desde la distancia resultaron ayer baldíos.

Algunos ciudadanos mostraron su desesperación después de llamar en varias ocasiones a lo largo de la mañana para interesarse por los servicios ofertados por Correos. La respuesta fue en todas las ocasiones la misma: ninguna más allá de los tonos previos a la resignación de que nadie respondiera a la llamada.

Ante la sospecha de que la oficina se encontrase cerrada por vacaciones, interesados por conocer los motivos de la desatención telefónica se acercaron hasta las instalaciones. Allí pudieron comprobar que las dependencias estaban abiertas, como anuncia la página web. El personal encargado de la atención al público aclaró el motivo de la desesperación de los usuarios. "Nuestra labor no es coger el teléfono, así que sospechamos que es algo de lo que se encargan en las oficinas cuyo personal sólo trabaja de lunes a viernes", indicaron.

De todos modos, otros usuarios del servicio presentes en la oficina señalaron que desde hace tiempo los carteles en los que se refleja el horario de apertura de las dependencias incluyen un teléfono de servicio ininterrumpido. "Te atienden, pero es una línea 902 en la que te dan una información más general que la particular de cada oficina", apuntó un ciudadano.

Estas quejas se suman a las registradas en la oficina de Correos de Avilés hace una semana, cuando el vecino Jesús Rivas denunció que la moderna instalación ubicada en la calle de la Merced de la ciudad carecía de un servicio tan básico como un buzón. "Me mandaron usar los buzones que había en la calle", se lamentó el usuario, que criticó el hecho de tener que desplazarse unos 150 metros hasta el buzón de otra calle porque en la oficina no recogían cartas.

"Aquí ese problema no lo tenemos porque recogemos y entregamos correo sin ningún problema", sostiene el personal de la oficina de la capital asturiana, que lamenta las quejas frente a un servicio que, a su juicio, "funciona con la mayor efectividad que se puede".