Un día de sol radiante y una panorámica espléndida de la ciudad de Oviedo. Los prados que se extienden por las inmediaciones de Santa María del Naranco acogieron ayer la popular romería de Santiago Apóstol, en la que participaron cientos de personas. Como sucede cada año el domingo más próximo al 25 de julio, la asociación vecinal "Fuente de los pastores" se encargó de la organización de una cita festiva con la que la ciudad de Oviedo honra al patrón de España.

El festejo dio comienzo alrededor de las once y cuarto de la mañana, al son de la gaita y el tambor, con disparo de voladores y el tradicional pasacalles que indicaban el inicio de la jornada de celebración. La imagen del santo aguardaba ya en la parroquia La Real del Naranco. Los vecinos no se harían de rogar. Alrededor de las doce y diez minutos del mediodía, llegaba el momento de emprender la procesión que llevaría en alzas al Apóstol hasta el ara de piedra prerrománica que alberga el emblemático monumento de Santa María del Naranco. La banda de gaitas amenizó el trayecto en la vanguardia de la marcha, mientras el grupo Xuno, de la asociación de vecinos de San Claudio, también seguía el recorrido a través de senderos zigzagueantes, en su caso cerrando el desfile.

"La verdad es que no pesa mucho", comentaba irónica Carmen Pesquera Amieva, la única mujer de los cuatro vecinos que cargaron el patrón al hombro. "Lo hacemos con gran devoción, ya que es el santo de las fiestas del Naranco y nosotros somos de aquí", añadía José Antonio Valdés Muslera, otro de los miembros de la asociación que también se animó a portar la venerada imagen.

A eso de las doce y veinticinco, los fieles alcanzaron su destino, mientras el grupo de gaitas les hacía pasillo. De inmediato, dieron una vuelta alrededor del recinto de Santa María para depositar la imagen en el lugar donde, seguidamente, un sacerdote ofició la misa al aire libre.

"Este tipo de actividades no llueven del cielo como mucha gente cree. Hay que agradecer la iniciativa de los vecinos que con su esfuerzo han logrado que hoy podamos disfrutar de un día de fiesta maravilloso". Con estas palabras ponía fin el párroco a la ceremonia.

En torno a las 13.00 horas, los asistentes pasaron al campo que queda justo debajo para recibir el tradicional bollo "preñáu" con chorizo y la botella de vino. Dos carpas repletas de sillas y mesas, además de una tarima improvisada que haría las veces de escenario durante las actuaciones de la tarde, esperaban ya a que los comensales tomaran asiento. El objetivo de esto era disfrutar de una celebración distendida, juegos infantiles y música en directo.

En una de las mesas se hallaba el alcalde, Wenceslao López, del PSOE, así como varios concejales, entre ellos Fernando Fernández Ladreda (PP) e Ignacio Fernández del Páramo (Somos). "Hoy es un día fabuloso y estas fiestas nunca defraudan, por eso vengo desde hace tiempo", declaró el regidor socialista.

Junto al Alcalde estaba el presidente de la asociación organizadora, Carlos Madera. "De momento, el plan es el de todos los años: pasar una jornada agradable y tranquila, en un entorno natural idóneo y que la gente se encuentre a gusto", apuntó. "Se trata de una tradición que viene de antes de la Guerra Civil, con un breve parón en los años ochenta" agregó Madera.

Una vez reposada la comida, empezaron las diferentes actividades para los más pequeños. El repertorio del grupo "Xuno" de San Claudio tomaría el relevo, con el objetivo de deleitar a los espectadores hasta que las actuaciones de Pablo Valdés y dj Marcos se apoderaron del escenario. "La gente no se va de aquí hasta que cae la noche, a eso de las diez", comentó un Carlos Madera visiblemente satisfecho del resultado de una romería con enorme calado en la ciudad.