La niña guineana de 10 años Dolores Bocara podrá finalmente asistir a una consulta de seguimiento de la operación por estrabismo a la que tuvo que ser sometida en 2015 en el Instituto Fernández Vega de la ciudad. La pequeña, que tenía cita para el pasado 22, no pudo acudir a la misma al serle denegado el visado por la embajada española en Malabo, pero finalmente y gracias a la mediación de varias personas e instituciones, se encuentra ya en España para que los especialistas asturianos puedan valorar si precisa una nueva operación.

La llegada de Bocara a Oviedo hace dos años fue posible gracias al misionero gallego Venancio Fernández, que el pasado junio se encargó en denunciar las trabas burocráticas que impedían a la menor dar continuidad a los tratamientos derivados de su intervención quirúrgica. "Fue un capricho porque la documentación era la misma que en viajes anteriores", declara un Fernández, que advierte que el problema de los visados afecta a muchos niños africanos enfermos. "Las monjas de allí denuncian que algunos niños mueren por denegarles los permisos para viajar", apunta.

De todos modos, el misionero, que lleva dos décadas vinculado al sector del petróleo del país africano, muestra su satisfacción y agradecimiento porque finalmente la situación se haya normalizado, gracias en parte, según indica, a la denuncia hecha pública a través de LA NUEVA ESPAÑA.