"Los días grises son muy buenos para nosotros". Los guías turísticos que recorren Oviedo señalan que el mal tiempo favorece la afluencia de visitantes a la ciudad. Siempre que el cielo no descargue precipitaciones, porque "las rutas se hacen a pie y cuando llueve la gente no se anima", cuenta María del Rosario Fernández. Apunta también que cuando sale el sol los turistas dejan de lado la capital del Principado y se van de visita a otros lugares de la región.

Muchos aprovechan para pasar un día de playa en los múltiples arenales con los que cuenta la costa asturiana mientras que otros se deciden por un plan completamente distinto. "La gente se decide por hacer turismo de aventura", dice la guía turística, que apunta que el buen tiempo propicia actividades como los descensos en canoa, las rutas a caballo y el senderismo.