Los lunes, cuando la oferta cultural de la ciudad se reduce, la Catedral se pone las botas. El cierre semanal del Museo de Bellas Artes y del Arqueológico, inamovible ayer en pleno ecuador del verano y con la ciudad rebosante de turistas, quedó reflejado en la excepcional afluencia registrada en la basílica ovetense. Si el cielo está gris, jornada redonda. Ayer, el templo fue un imán para los viajeros.

"Los días que más gente viene son los lunes, porque los museos están cerrados, y los días nublados", contaba ayer Benito Gallego, deán de la Catedral. El retablo mayor y la Cámara Santa son las atracciones estrella. En el libro de visitas, seis han llenado los viajeros en los últimos tres años, reflejan entre sus mejores sensaciones la belleza del monumento, el orden en su interior y la calidad del servicio de las audioguías.

Con los museos de Oviedo cerrados, una tónica que se mantiene en gran parte de las instalaciones museísticas de la región, la Catedral también aprovechó otra circunstancia: el descanso que se tomaron por un día San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco, también cerrados.

El tráfico de personas que suelen tener dos de los principales exponentes del Prerrománico en la capital del Principado, que hoy ya pueden visitarse en su horario habitual, también contribuyó a sumar turistas a la Catedral. "Esta mañana -por ayer- cerramos un grupo con 55 personas, que es el máximo legalmente permitido", explicó el guía turístico David Estévez a las puertas del templo. "Los lunes son muy buen día", confirmó el profesional, que celebró la decisión, tomada en Semana Santa de 2014 de cobrar por las visitas al interior del monumento: "Es un placer, la gente que entra está realmente interesada y se evitan las aglomeraciones". En función de la cantidad de espacios que incluye la visita, como la Cámara Santa o el Claustro, y los diferentes descuentos para peregrinos o familias numerosas, el ticket cuesta entre cinco y ocho euros. No obstante, hay colectivos que entran gratis, como los menores de doce años. Y todos disfrutan de cuanto se van encontrando durante la visita. "Salen extasiados", señaló David Estévez, al tiempo que celebra que el dinero que deja el turismo se destine a la mejora y conservación de las propias instalaciones religiosas. "La Catedral es el segundo elemento más visitado de toda Asturias, por detrás de Covadonga", apuntó también el guía turístico. El complejo religioso, asimismo, sirve como complemento para los peregrinos que pasan por la ciudad o inician su viaje en ella.

"Es un buen punto de partida", destacó Mari Carmen Medina, de Barcelona, que hoy comienza el Camino Primitivo con su marido y se puso en situación con una visita al monumento. "También hemos aprovechado para ver el casco antiguo", resaltó tras elogiar la ornamentación de todo el edificio y los retablos de su interior.

"Vamos a recorrer unos 4.000 kilómetros haciendo el Camino de Santiago, unos tramos en bus y otros a pie", contó también la milanesa Ana María Novara mientras recorría con la vista el templo. Viaja con un grupo de cincuenta italianos que ya han pasado por Gijón y Avilés. "Me gusta mucho el templo, esta es una visita muy emotiva", señaló la turista mientras recorría las distintas capillas y tras observar con detenimiento los arcos interiores.

El MUJA y la Catedral de Oviedo -que cierra en su vertiente turística los domingos, por necesidades vinculadas al culto- son los grandes beneficiados por esta dinámica, que en otras regiones se mitiga con más medios y una mayor coordinación entre los centros.

El caso más evidente es el de Bilbao, donde los dos grandes museos de la ciudad cierran sus puertas en días diferentes: el Guggenheim los lunes, y el Bellas Artes los martes. Pero el primero amplía su horario en los meses de julio y agosto, en los que abre todos los días de la semana, y el segundo mantiene abiertas este verano las salas que acogen la gran exposición con la colección de Alicia Koplowitz.

Esta coordinación entre los dos grandes museos de la ciudad vizcaína se da desde febrero de 2014, cuando el patronato del Bellas Artes decidió modificar su día de cierre tradicional, que anteriormente era también el lunes, para "equilibrar la oferta de los dos grandes museos de Bilbao". Una decisión con la que han salido ganando ambos centros, y también los visitantes.

En otros grandes museos, la estrategia pasa por ampliar los horarios. El Museo del Prado suprimió en enero de 2012 el día de cierre semanal, que estaba fijado los lunes. Un año después, el Thyssen-Bornemisza siguió su ejemplo y decidió abrir también todos los días de la semana.

La adecuación de horarios y calendarios a los flujos turísticos es una estrategia que está en auge en todos los centros culturales, especialmente ante una mayor necesidad de autofinanciarse ante los recortes de los últimos años, aunque requiere también de un esfuerzo presupuestario y organizativo que no todos los museos pueden asumir. El propio Thyssen-Bornemisza acudió a un patrocinio privado para mantener las puertas abiertas los lunes, en una decisión que también trajo un beneficio para el público, ya que la visita pasó a ser gratuita.

En Asturias, la ampliación de horarios es más complicada debido, principalmente, a problemas presupuestarios y de personal. Como los que sufre el Museo de Bellas Artes, que lleva reclamando un incremento de su plantilla desde que se inauguró la ampliación, en marzo de 2015.