El catedrático de Inglés José Antonio Martín García será el encargado de dar el pregón esta noche en las fiestas de Tudela Veguín. Después de cuarenta años, este profesor, afincado en Tenerife y apasionado de la historia, se siente orgulloso de volver a pregonar en el pueblo que le vio crecer.

- ¿Cuándo le avisaron de que querían nombrarle pregonero?

-Ya hace unos meses. De hecho, yo todavía no estaba en Asturias. Pero bueno, viniendo de quien venía -conocidos, exalumnos etcétera- no supe responder otra cosa que con un gracias, lo haré lo mejor que pueda. Cuando me lo dijeron me quedé un poco sorprendido, aunque me lo tomé como un honor. Se acordaron de mí debido a mi carrera y yo estoy muy agradecido de que me nombren "pregoneru" del pueblo que me vio crecer, aunque yo nací en Granada.

- ¿Qué significa para usted Tudela Veguín?

-Para mí es el pueblo de mi vida. Aunque no haya nacido en él es donde me crié. Primero estuve viviendo en Oviedo y más tarde fui a parar a las Canarias. No obstante, siempre que puedo vuelvo. En Tudela Veguín tengo a la gente que me conoce desde niño y está toda mi familia. Además, estoy profundamente arraigado, ya que mi mujer, Carmina Palicio, es de allí. En estos momentos, resido en Santa Cruz de Tenerife, pero vuelvo a Tudela Veguín bastante a menudo.

- ¿Quién es José Antonio Martín y cuál es su trayectoria?

-Cuando tenía doce años empecé a estudiar con los Agustinos. Luego llegué a Veguín, donde viví los años setenta como se merecían. Fue una eclosión de tipo cultural, política...etcétera. También estudié en la Facultad de Filosofía y Letras de Oviedo, donde hice Filología Inglesa. Nada más terminar tuve la suerte de colocarme, si bien de aquellas había una mayor facilidad para encontrar trabajo. Después, estuve dando clases en el colegio de los Salesianos de Tudela Veguín, más tarde en el Politécnico de La Felguera y, luego, en el Cerdeño de Oviedo. Cuando ya quedaba poco para mi posible retiro, me fui a Tenerife, porque allí había hecho la mili y guardaba buenos recuerdos. Esa es más o menos mi vida profesional. Llevo ejerciendo de profesor cuarenta y tantos años, así que el hecho de hablar en público ya no me pone nervioso.

- ¿Lleva el pregón preparado?

-Sí, lo tengo preparado. Los pregones son como un embrión que, poco a poco, van evolucionando según se añaden y se quitan cosas. La gente joven que dirige la sociedad de festejos, lógicamente, no se acuerda, porque eran unos guajes, pero yo ya di un pregón en los años setenta. En aquella época era algo más habitual, ahora se vacila un poco con eso de ser pregonero. Aunque bueno, ya ve que después de cuarenta años seguimos en la brecha.

- ¿Van a asistir muchos conocidos?

-Sí, desde luego. Los vecinos de Veguín no hace falta que vayan, porque viven allí. Los que están en Oviedo o en Langreo seguro que van. Sobre todo, la familia directo o indirecta. Si a eso le sumas que el pueblo llevaba ya unos años sin fiestas y que empezaron de nuevo el año pasado, la gente tiene ganas de "folixa".

- ¿Qué puede adelantar del pregón?

-Está enfocado a recordar mi niñez, cuando nos instalamos en el pueblo y los primeros años de mi infancia, así como a recordar el día que volví tras once años. Quiero contar mi experiencia personal y hacer algo emotivo. Esto va de sentimientos y de hablar con el corazón a mis amigos, vecinos, hijos y nietos de Tudela Veguín. Me gustaría agradecer a la comisión por haberme elegido.