El Ayuntamiento organizará una serie de charlas informativas, a cargo del personal del albergue municipal, para reforzar la ordenanza sobre tenencia responsable de animales domésticos que tiene previsto poner en marcha. Los trabajadores de la perrera irán a los colegios del municipio acompañados de un número reducido de animales para que los alumnos los vean en directo y su mensaje cale más hondo. "Hay que educar a los niños en que tener una mascota no es un capricho, sino una responsabilidad", destaca Mercedes González, concejala de Educación y Salud Pública.
La actividad, de hecho, ya se ha ofrecido a los centros educativos, en un intento de concienciar a los más pequeños de las obligaciones que conlleva tener un animal en casa y de hacer también campaña en contra del abandono. De este modo, el Ayuntamiento de Oviedo convierte al público infantil y juvenil en uno de los objetivos prioritarios de sus acciones en materia de convivencia con los animales. Se trata de un asunto que el tripartito espera tener regulado en breve, tras las reuniones que mantendrán en septiembre los responsables del tripartito, de la perrera y de la Policía Local. "El albergue no solo sirve para acoger, también tiene que participar en asuntos de educación", defiende Eva Rodríguez, responsable de adopciones del albergue, para añadir que la anterior gestora de las instalaciones nunca se involucró en este tipo de actividades. Durante las dos décadas que la Sociedad Protectora de Animales gestionó el recinto, subrayó, "no se incluyó la parte educativa como parte de la solución al problema". Se trata de una tendencia que está a punto de cambiar con las conferencias que se celebrarán en los colegios, en las que el personal del albergue llevará "tres o cuatro mascotas" y utilizará un lenguaje adaptado a los niños para explicarles con normalidad en qué consiste la acogida animales.
El propio albergue, situado en La Bolgachina, servirá también de aula. Y es que los alumnos del instituto gijonés Mata Jove fueron los primeros en visitarlo el pasado junio. Una experiencia piloto que se repetirá con el nuevo curso. La temporada la inaugurarán los miembros de una asociación para personas con síndrome de Down. Les seguirán distintas organizaciones y centros educativos. Además de pasear a los perros, visitar a los gatos y recibir lecciones sobre su cuidado, los visitantes afrontan la tarea de arrimar el hombro a la hora de encontrar un nuevo hogar a los huéspedes del albergue. De este modo, son bienvenidas las fotos y los mensajes en las redes sociales que puedan dar un impulso a las adopciones.
