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El Ayuntamiento reduce a la mitad los baldeos nocturnos y los riegos para ahorrar agua

"Es un problema colectivo en el que todos tenemos que colaborar", señala Ana Rivas, que confía en que la medida sea "puntual"

Ana Rivas, durante una recogida de agua de los depósitos del Cristo. LNE

La escasez de agua por la sequía ha llevado al Ayuntamiento a poner en marcha nuevas medidas que refuercen las ya impuestas a comienzos del verano y que garanticen el suministro a los ovetenses. Así, la concejala de Infraestructuras y Servicios Básicos, la socialista Ana Rivas, anunció ayer importantes reducciones tanto en los baldeos nocturnos como en el riego de las zonas verdes, para solventar una situación que espera que se quede en algo "puntual".

Las medidas que llevará a cabo el equipo de Gobierno consisten en reducir el baldeo nocturno de dos veces a una por semana, con la única excepción del casco antiguo al que el Consistorio califica como zona de uso intensivo, así como en la disminución de la frecuencia del riego de las zonas verdes de tres veces a una por semana, salvo para las áreas en las que hay colocadas plantas de flor.

Con estas dos actuaciones, el Ejecutivo local espera reducir hasta en un 20% el consumo de agua que se venía realizando para las labores de baldeo, mientras que, en el caso de los riegos, el ahorro alcanzará aproximadamente el 60% de la cantidad de agua que se empleaba hasta ahora para este tipo de servicios.

Las medidas se suman a las ya tomadas el pasado 8 de junio por la misma Concejalía. En aquella ocasión, el departamento de Ana Rivas estableció el nivel de prealerta por sequía, ante la previsión de escasez de lluvias, y tomó una serie de medidas de ahorro dirigidas a los consumos calificados como "no prioritarios". Entonces, la cantidad destinada al riego se recortó en un 20%, sin llegar a reducir la frecuencia de tres veces a la semana. A ello se sumó el aprovechamiento del agua no potable que permanecía almacenada para pruebas de estanqueidad en uno de los nuevos depósitos del Cristo, que se encuentra a la espera de ser puesto en funcionamiento y al que Rivas se refirió como "la hucha del agua" de Oviedo.

A pesar de esos esfuerzos, la falta de precipitaciones agudizó el problema de la escasez del líquido elemento hasta el punto de que el abastecimiento municipal es cada vez más dependiente de la red regional. Las cifras hablan por sí solas, pues si habitualmente el agua que recibe Oviedo de Cadasa no suele superar el 18% del total de su consumo, en la actualidad se sitúa en el 49%, correspondiendo el 51% restante a fuentes de abastecimiento como manantiales que se encuentran bajo mínimos.

De todos modos, la concejala de Infraestructuras considera necesaria una mayor implicación de la sociedad ovetense para que estos recortes en el consumo resulten positivos. Entre las sugerencias que realiza a la población está la de mantener las calles en buen estado de limpieza, la recogida de deposiciones de los perros o asegurarse de que las bolsas de basuras están dentro de los cubos de recogida. "Mientras dure la sequía, debemos tener especial cuidado", apunta.

Por otro lado, sostiene que el hecho de que el agua escasee no quiere decir que se haya reducido su calidad ni tampoco su potabilidad. "Sigue siendo excelente", subraya Rivas, al mismo tiempo que recuerda que, recientemente, se han tomado medidas de refuerzo en el tratamiento con ozono en la potabilizadora municipal de Cabornio y que en el depósito de Cuyences, propiedad de Cadasa, se aporta un tratamiento de refuerzo del cloro. "Sin querer generar alarma, hay que reforzar la idea de consumo responsable", sostiene Rivas en un mensaje que el Ayuntamiento difundirá por distintos medios a través de una campaña de concienciación.

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