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Vecinos y turistas apoyan la mejora de la plaza de la Catedral sin grandes cambios

Visitantes y paseantes habituales consideran que el espacio "perdería su encanto" con la creación de jardines y piden bancos para los laterales

Vecinos y turistas apoyan la mejora de la plaza de la Catedral sin grandes cambios

Los turistas y vecinos de Oviedo coinciden en señalar que la plaza de la Catedral no está para "experimentos". La apuesta del Cabildo de acometer una reforma del espacio, o la idea del historiador Juan Carlos Aparicio de habilitar zonas ajardinadas, solo convencen si se garantiza que el céntrico enclave no queda desvirtuado. Todos los consultados ayer por LA NUEVA ESPAÑA sí ven necesario realizar una importante actuación para reparar el firme, así como para limpiar a fondo el entorno. El objetivo pasa por recuperar "el esplendor" de una plaza sobre la que también destacan "su funcionalidad" para citas como los conciertos de San Mateo o para disfrutar de las vistas del templo religioso.

Las personas llegadas desde distintos puntos de España no tienen dudas de que una de las claves del éxito de la plaza es su disposición actual y, por ello, optan por su conservación. Es el caso del zaragozano Francisco Javier Romero, cuya propuesta para el espacio resulta de lo más modesta. "Sólo cambiaría algunas baldosas y pondría unos bancos porque, por lo demás, me parece perfecta", señala el maño, que por séptimo año consecutivo se encuentra pasando una estancia de más de un mes en Asturias.

En la misma línea se pronuncia el "amante del arte" Pedro Velasco, que ayer mismo llegó a Asturias y quedó prendado por las características de la plaza, cuya reforma desaconseja frontalmente. "Es una plaza muy antigua y artística que debe caracterizarse por su simpleza", apunta este visitante segoviano, contrario a la inclusión de elementos como zonas verdes. "Estoy convencido de que unos jardines en este espacio desentonarían", apunta, para añadir que lo mejor es "dejarlo como está".

Otros, como el murciano Ernesto Montoya, van incluso más allá y considerarían "un gran fallo" la creación de áreas de jardines en la plaza. "Todo lo que sea poner zonas verdes quedaría artificial y restaría protagonismo al monumento", sostiene este peregrino, que ya había visitado en otra ocasión la plaza de Alfonso II como turista y cree que sería buena la colocación de algún banco, pero en los laterales del espacio público. "Lo mejor que tiene es la visibilidad y sería desacertado que se viera mermada por la colocación de mobiliario urbano", apunta este vecino de Cartagena.

También hay quienes se muestran partidarios de habilitar espacios para disfrutar de las vistas. "Hace falta algún banco que permita contemplar con tranquilidad la Catedral", señala el almeriense José Miguel Reche, que también urge a reparar "los hoyos" existentes en las baldosas.

La postura de los visitantes concuerda en gran medida con la de unos vecinos que prefieren atajar los tropezones a que se cambie la fisonomía de este emblemático punto de la ciudad. "Es urgente que tapen los pozos, porque cuando llueve es todo salpicaduras", sugiere la ovetense María Antonia García, quien cree que, en caso de reforma, "sólo cabe poner un poco de verde, pero no grandes jardines porque no pintarían nada aquí".

Arreglo de la fuente

Pedro Álvarez, vecino del barrio de Pumarín, apuesta por hacer una rehabilitación y lavado de cara integral, sin tocar los principales rasgos de la plaza. "Hay que arreglar la fuente e iluminarla, reparar las baldosas y limpiar a fondo las piedras del entorno", declara este ovetense, que ve con buenos ojos la celebración de conciertos musicales en la zona. "Es la tradición y hay que mantenerla", comenta.

Es esa tradición la que lleva a los más veteranos a plantarse frente a posibles cambios. "Me parecería muy mal que la reformasen, porque siempre estuvo así de bonita y tranquila e igual la estropean", explica Emelitina del Castillo, que también se opone a colocar más bancos. "Ya tenemos diez y no hay necesidad de más", sostiene esta mujer, que pasa todos los días por la plaza.

Una postura casi idéntica muestran los vecinos más jóvenes, que creen que la ocupación del espacio central de la plaza sería negativa. "Perdería su encanto", considera Adrián Fernández que, en todo caso, sólo colocaría algún banco de más, pero alejado del centro. "Esta mucho mejor con explanada y lo único que corre prisa es reparar bien las baldosas para que la gente no se tropiece y esas cosas", defiende Fernández, que, a menudo, pasea por la zona con su familia.

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