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Jabalíes, gatos, erizos y pulgas colonizan el viejo HUCA tras tres años de abandono

Los vigilantes de seguridad alertan del progresivo deterioro del recinto y aseguran que un suido cargó contra un guarda que realizaba una ronda

Los últimos pacientes dejaron el antiguo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) en junio de 2014, cuando finalizó la mudanza del complejo sanitario a su ubicación actual en La Cadellada. Desde entonces, la maleza ha ido creciendo en los 235.000 metros cuadrados del recinto y los guardas de seguridad que trabajan en él denuncian que las carencias en el mantenimiento han traído consigo la proliferación de animales como erizos, gatos y pulgas. Y también de jabalíes, cuya presencia ya denunciaron los vecinos del entorno a principios de este año. Es más, un suido llegó a atacar a unos de estos vigilantes hace escasos meses, según desvelan sus compañeros.

Los profesionales de la empresa adjudicataria del servicio de vigilancia relatan que uno de los guardas se encontraba haciendo una ronda cuando llegó a la parte de atrás del edificio que albergó el centro Materno-Infantil. Fue entonces cuando advirtió la presencia de un jabalí, que se lanzó a por él. El trabajador se apretó contra el muro en un intento de protegerse, pero no pudo evitar el envite del animal, que le golpeó las piernas sin provocarle daños de gravedad. "Le dejó el pantalón destrozado", relatan sus compañeros.

"Tenemos vistos a dos jabalíes, un macho y una hembra. Cuando localizamos un ejemplar, debemos detener nuestra actividad normal y tenerlo controlado para evitar que entre alguien y se produzca un incidente", añaden los guardas, antes de apuntar que en la zona habitan también "camadas de gatos y bastantes erizos".

Muchos peatones atajan por el antiguo HUCA para hacer más corto el camino desde las facultades del campus del Cristo al entorno del estadio municipal Carlos Tartiere. Es una decisión que desaconsejan los trabajadores del servicio de seguridad. "Hay plagas de pulgas y mucha gente pasa por aquí con niños, cuando no debería hacerlo", asevera uno de los guardas, para quien no solo las zonas verdes demandan atención. A su juicio, los edificios del complejo, para cuyos usos futuros se ha lanzado un concurso de ideas que ayer cerró la recepción de proyectos, comienzan también a pedir a gritos unos trabajos de mantenimiento y rehabilitación.

"Ya se han caído algunas baldosas de las paredes del edificio", subraya otro de los vigilantes privados que patrullan la zona durante las 24 horas del día.

Pese al estado de abandono, en el recinto aún trabajan los empleados del servicio de lavandería y de la central eléctrica que le suministra energía. A esa actividad hay que sumar el movimiento del parque del Truébano, habilitado en la zona del antiguo helipuerto, y en el que quedan por afrontar los trabajos para colocar un circuito para corredores, juegos y aparatos de gimnasia para ancianos.

Durante la temporada de fútbol, además, las instalaciones se abren al paso de los vehículos cada vez que el Real Oviedo juega en el Carlos Tartiere, para facilitar el aparcamiento a los seguidores del club azul. Todo ello mientras, según lamentan los vigilantes, la zona se encuentra en unas pobres condiciones de mantenimiento. Del mismo modo, el pasado 10 de agosto, la Dirección General de Ordenación Académica e Innovación Educativa estrenó un nuevo uso para el edificio que albergó Consultas Externas, un recinto en el que crece la vegetación y prolifera la vida animal. Los empleados de seguridad temen que la situación empeore en invierno.

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