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El HUCA instalará una visera interior para proteger a los usuarios de caídas de cristales

La estructura, adjudicada en 167.000 euros, estará lista en octubre en los pasillos del área de consultas externas

La cristalera del área de radiología, ayer, ya reparada.

Gispasa, la empresa pública encargada de la gestión de los servicios del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), instalará en octubre una visera de protección sobre los pasillos de consultas externas. Su objetivo es defender a los usuarios de desprendimientos de cristales como el ocurrido en la mañana del martes en el área de radiología, cuando una cristalera de unos tres metros de alto y uno de ancho se precipitó desde un segundo piso, sin llegar a provocar heridos.

La actuación salió a licitación a comienzos de este verano, después de que se produjeran hasta tres episodios en los que los cristales de los pasillos de consultas externas se quebraron y se precipitaron sobre una zona de paso muy concurrida, tanto por pacientes como por el personal sanitario del equipamiento. El pasado día 3 se hizo oficial la adjudicación de los trabajos, con un presupuesto de 167.000 euros, a la empresa Procomesa. Aunque el proyecto cuenta con un plazo de ejecución de 70 días, se espera que pueda estar listo a lo largo del mes de octubre.

Fuentes de la Consejería de Sanidad aseguran que con esta estructura se pretende reforzar la seguridad de los pacientes. De todos modos, señalan que los problemas con los cristales no se deben a que sean "defectuosos", sino que se trata de circunstancias "inherentes al material utilizado". Concretamente, esos mismos portavoces achacan los repentinos estallidos del vidrio a la existencia de impurezas de sulfuro de níquel. "Se trata de algo excepcional, pero como el hospital cuenta con una superficie muy grande de cristales es más probable que esto ocurra", apuntan.

Las fuentes de la Administración regional consultadas sostiene que este tipo de vidrios son más seguros que otros. Es más, afirman que, en caso de rotura, los cristales se rompen en pequeños pedazos, de manera que los riesgos se minimizan. Aun así, desde Sanidad se entienden las quejas de pacientes y personal y, por ello, la Consejería ha dado el visto bueno a ese refuerzo de la seguridad en el hospital.

La visera se ubicará en los pasillos de consultas externas, a base de varias marquesinas de metacrilato. Éstas ejercerán la función de falso techo, para retener los restos de las cristaleras en caso de que se vengan abajo. De momento, se descarta ampliar esta protección a otras áreas del centro sanitario, ya que no se conocen problemas similares de desprendimientos de cristales.

Las primeras caídas de cristales en consultas externas se remontan a 2015, aunque el año pasado se registraron al menos cuatro casos y en los últimos meses hubo hasta tres quejas por este tipo de episodios. La rotura de la placa de vidrio de este martes fue especialmente llamativa, porque se produjo en una de las áreas que habitualmente suelen tener un mayor número de personas a la espera de ser atendidas. "Por suerte, al ser verano no había tanta gente y no cayó encima de nadie", indicó una trabajadora del hospital, minutos después del suceso, que pilló por sorpresa a varias decenas de usuarios que se encontraban en los alrededores.

A pesar del revuelo, el hospital mantuvo las consultas fijadas en el área de radiología, utilizando entradas alternativas a las habituales. Por lo tanto, los usuarios no se vieron afectados por los daños provocados en la cristalera, que se precipitó desde la primera planta hasta la planta -1, en la que se ubica la zona para hacer ecografías y radiografías.

La dirección del hospital tomó cartas en el asunto rápidamente. Nada más conocer la rotura del cristal, se dio aviso a los responsables de mantenimiento y hasta el lugar se desplazó una elevadora. En ella se subieron dos operarios, para tomar las medidas de la plancha de cristal dañada. Una vez conseguida una placa de las mismas dimensiones, se procedió a su reposición. El área de radiología volvió a la normalidad ayer por la mañana, atendiendo todas las consultas de forma normal y rehabilitando los accesos habituales que el martes fueron sustituidos temporalmente por otros, al estar el pasillo afectado ocupado por la elevadora.

Sin embargo, la rápida respuesta dada por los responsables del hospital acalló las quejas de los representantes de los trabajadores, que, inmediatamente, dieron a conocer lo sucedido en la concurrida zona del HUCA. Además, advirtieron de los riesgos a los que se está exponiendo a las personas que transitan por consultas externas, debido al estado de los cristales.

"No es de recibo que, debido a las malas condiciones de unos cristales colocados hace relativamente poco tiempo, estemos en vilo por si pudiera pasar una desgracia", señalan miembros de la plantilla del HUCA, que han decidido trasladar la problemática a Inspección de Trabajo para que realice las investigaciones que considere convenientes.

Frente a estas quejas, la Consejería de Sanidad se defiende aludiendo a las actuaciones impulsadas desde que se detectaron las primeras roturas de cristales. Además, hace un llamamiento a la calma, al considerar que está "probado" que las características de los cristales habrían evitado daños que serían mucho mayores en caso de haber optado por otro tipo de vidrios. "Los materiales utilizados están en perfectas condiciones", subrayan desde Sanidad, ante la posibilidad de que el problema se generalice.

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