Tres meses y cuatrocientos mil euros costará limpiar y restaurar el tramo de la muralla de la calle Paraíso que discurre a lo largo de la Casa Sacerdotal. La previsión de la Concejalía de Infraestructuras del Ayuntamiento de Oviedo, que impulsa la intervención, es que los trabajos sobre el muro medieval comiencen el año que viene y cuenta con pagarlos con el remanente de tesorería de este ejercicio.
La intervención en ese primer lienzo de la muralla, que empieza en la calle Postigo y discurre paralelo a la calle San José, es la más compleja y resultará decisiva para el futuro de la intervención. Entre las actuaciones que comprende no figura la peatonalización de la calle Paraíso, aunque su autor, el arquitecto ovetense José Ramón Fernández Molina, la menciona como una medida recomendable.
El plan de limpieza de la muralla medieval de Oviedo recibió el visto bueno del Consejo de Patrimonio y la Consejería de Cultura del Principado a principios de este mismo mes. Hoy, la Concejalía de Infraestructuras lo presentará a la Comisión de Economía del Ayuntamiento.
El plan se articula en cinco fases, que se corresponden con otros tantos tramos de muralla, hasta completar la limpieza y restauración en su totalidad.
La división del cerco medieval se ajusta a la propiedad de los terrenos anexos. El primer tramo es el que recorre la finca de la Casa Sacerdotal, el segundo discurre por la del Conservatorio de Música, sigue el de la Cocina Económica y la Congregación de María Inmaculada, luego el de la Facultad de Psicología y por último el que desemboca en la calle Azcárraga y que cierra un solar en el que concurren varios propietarios particulares.
El Ayuntamiento aún no ha contactado con los dueños de las parcelas, que también se verán afectadas por las tareas de limpieza y restauración, porque la muralla será tratada por ambos lados, el interior y el exterior, y no solo por el que queda a la vista pública, que es el de la calle Paraíso. Será necesaria la autorización de todos y cada uno de los propietarios afectados.
Habrá intervenciones comunes a todos los tramos de muralla y otras más específicas. La retirada de la vegetación se extenderá a todo el muro pero se realizará de distinta manera en cada zona, dada la variedad de las especies que crecen en ella, desde arbustos hasta líquenes. En algunos casos se realizará una poda, en otros será necesario aplicar también productos herbicidas que no dañen la piedra.
La consolidación de los materiales pétreos, la restauración propiamente dicha, con la reposición de la piedra y la retirada de las piezas ajenas al muro, y la aplicación de una protección hidrofugante, para repeler la humedad y evitar en la medida de lo posible que la vegetación se reproduzca, completan la intervención, una de las de mayor calado de cuantas se han llevado a cabo en la muralla en los últimos años.
Para ahorrar costes, la Concejalía de Infraestructuras confía en que después de terminado el primer tramo de muralla, el más complejo, pueda simultanear los trabajos en varias zonas. Eso permitiría ahorrar en costes auxiliares como el montaje de andamios.
El coste total de la limpieza de la muralla está cifrado en torno al millón de euros. La Concejalía de Infraestructuras, que dirige la socialista Ana Rivas, no trabaja con una cantidad cerrada, ya que el presupuesto de cada tramo dependerá de la planificación de los trabajos y de los tratamientos a aplicar.
El proyecto debe ser aprobado antes del próximo 31 de diciembre, para poder ser financiado con el remanente de tesorería. La redacción de los pliegos de contratación, la adjudicación y la ejecución se llevarán a cabo el año que viene.
El interés histórico del objeto de la intervención, la muralla que delimitaba el perímetro de Oviedo en la Edad Media, requiere de un seguimiento arqueológico y de una detallada documentación de todo el proceso.
