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El Campoamor y la ópera (1892-1934)

Grandes figuras de la época actuaron en el teatro en sus primeros años, pese a que la actividad lírica fue discontinua

La soprano Emma Nevada

Es sabido que la afición de Oviedo a la ópera viene de antiguo. Y que el Teatro Campoamor nació para poder seguir ofreciendo las representaciones operísticas a las que la ciudad era tan proclive. Se sabe que a lo largo del siglo XIX, en el llamado Teatro del Fontán o Casa de Comedias, eran frecuentes representaciones líricas en las que no faltó la presencia de algunos de los divos y divas de la época. Hay constancia de que la famosísima María Malibrán cantó en Oviedo. Y ésta murió en 1836. En la novela "La Regenta" de Clarín se dice que Mattia Battistini también cantó en Oviedo. E igualmente se afirma que el también famoso tenor Enrico Tamberlik dio el primer "do de pecho" que se escuchó en Oviedo, allá por 1882, el último año del Teatro del Fontán, pues ante el deterioro de este y en tanto se llevaba a efecto el acuerdo de la Corporación ovetense de abril de 1876 para construir un nuevo teatro, se habilitó en la calle Santa Susana, esquina a la calle Quintana, un recinto de estructura circular, el Teatro-Circo Santa Susana, donde se dieron representaciones cirquenses, diversas actuaciones musicales y también ópera, en tanto se lograba la financiación necesaria para construir un nuevo y moderno teatro capaz de acoger con total dignidad representaciones operísticas, cumpliendo así el mencionado acuerdo de la corporación. El famoso tenor ovetense Lorenzo Abruñedo cantó en dicho local con tal éxito que se estudió cambiar el nombre del recinto y llamarlo Teatro-Circo Abruñedo, circunstancia que finalmente no prosperó.

Las obras del nuevo teatro, con problemas de financiación desde sus inicios, comenzaron finalmente en junio de 1883, y se terminaron en septiembre de 1892. El nombre del teatro fue aprobado en sesión de la Corporación municipal de 10 de mayo de 1890, tomando en consideración la propuesta de varios concejales, defendida por el entonces también concejal Leopoldo Alas "Clarín". El Teatro Campoamor se terminó en septiembre de 1982 y se inauguró con la ópera "Los hugonotes" (Meyerber) el 17 de septiembre. El Campoamor pasó a tener desde entonces una actividad lírica discontinua sin llegar a poder ofrecer una temporada estable, con bastantes años en blanco en lo que a ópera se refiere. Pero divas de la categoría de las sopranos Regina Pacini, Emma Nevada, Ofelia Nieto y Ángeles Otein, así como famosos tenores como el ya mentado Lorenzo Abruñedo y Francisco Viñas, el barítono natural de Gijón Servando Bango y el bajo José Mardones, un verdadero ídolo en su época, cantaron en Oviedo, en el Campoamor, desde su inauguración hasta 1916, año en que el teatro se cedió en arriendo a la Sociedad Filarmónica, ejecutándose en los años siguientes las primeras reformas del teatro que duraron hasta 1919, interrumpiéndose prácticamente la actividad musical.

Aún así, en septiembre de 1918 se representaron "Thais" (Massenet) y "Tosca" (Puccini), ambas protagonizadas por la soprano Genoveva Vix y el tenor Giuseppe Anselmi. El tenor obtuvo un gran triunfo con "Tosca", y la soprano recibió un sonoro pateo por su interpretación de la cortesana Thais, debido mas que nada a su "descaro" escénico, quizás demasiado sensual para la época. Lo que hizo que le comentara a Giacomo Lauri-Volpi que el público de Oviedo era "exigente y peligroso", antes de que éste viniera a cantar a Oviedo en junio de 1921.

La presencia del tenor italiano en el Teatro Campoamor despertó gran expectación en la prensa local. La ópera con la que se presentó Lauri-Volpi en Oviedo el 9 de junio fue "Tosca" (Puccini), y en ella estuvo acompañado por su entonces novia, la soprano valenciana Maria Ros, obteniendo los dos un gran éxito. Le siguió una "Aida" en la que la figura fue el barítono gijonés Servando Bango, y el día 16 se celebró un concierto en el que participaron los tres artistas acompañados al piano por Saturnino del Fresno y Baldomero Fernández. El concierto era a beneficio de las obras de mejora que, por entonces, se realizaban en Covadonga, por lo que al día siguiente los artistas fueron invitados por los organizadores del concierto a visitar el santuario. Aprovechando la ocasión, María Ros y Lauri-Volpi se prometieron solemnemente ante la Santina, tal como el propio tenor le cuenta en una carta a su buen amigo y gran aficionado a la ópera doctor Jaime Álvarez-Buylla: "?Allá arriba, en las montañas de Asturias y ante la Virgen de Covadonga?"

Ello contribuyó a que guardara siempre un recuerdo muy grato de la región, manteniendo a lo largo de su vida gran amistad con varios aficionados ovetenses, entre ellos con el propio doctor Jaime Álvarez- Buylla, autor además de dos libros sobre Lauri-Volpi, aparte de ser el actual presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, sociedad que, desde su fundación en 1907, tuvo su primer acomodo en el Teatro Campoamor, hasta la destrucción del edificio en 1934.

Volviendo a las temporadas líricas, diremos que hasta 1925 no volvió a darse ópera. Se representaron "Aida" (Verdi), dos funciones, a partir del 21 de marzo, seguidas de "La Boheme" (Puccini), "La favorita" (Donizetti), "Tosca" (Puccini) y "Rigoletto" (Verdi). Un concierto celebrado el 28 de septiembre, protagonizado por la soprano Ángeles Oteín y el barítono Augusto Ordóñez, acompañados por la Coral Bilbaína y la Banda de Música del Tercio, cierra en lo que a ópera se refiere el año. Como curiosidad, diremos que la Coral Bilbaína fue dirigida por el maestro Jesús Guridi, autor entre otras de la zarzuela "El caserío".

El famoso tenor Francisco Lázaro cantó "Aida" y "La Boheme" en junio de 1926. Lázaro no gustó del todo en "Aida", pero aún así fue homenajeado con una comida por el Orfeón Ovetense el mismo día en que cantaba "La Boheme", en la que bebió abundante sidra y comió sin recato. Fue por ello bastante preocupado al teatro, pero tuvo un gran éxito, como él mismo cuenta en sus memorias "?Lo mas sorprendente fue que después de haber comido y bebido en exceso, canté una Boheme de las mejores de mi vida...". En este año y a instancias de la Sociedad Filarmónica, que ya llevaba años detrás de ello, se acometió una importante reforma del teatro, procurando un foso para la orquesta, con el objeto de aumentar el número de butacas y eliminando también diez plateas con el mismo fin. Esto aumentó la capacidad del patio en unas trescientas localidades. También se anularon diez palcos del segundo piso, sustituyéndolos por filas de butacas, y se ejecutaron algunas otras reformas menores. Las obras, que concluyeron en septiembre no fueron del agrado de todos y tuvieron sus detractores.

No volvió a darse ópera en el Campoamor hasta noviembre de 1930, año en el que se representaron "El trovador" (Verdi) y "El barbero de Sevilla" (Rossini), ambas protagonizadas por Hipólito Lázaro al frente de su compañía. Su gran rival, el celebérrimo Miguel Fleta, dio un recital en el Campoamor el 17 de marzo de 1932, acompañado al piano por Pilar Cavero, obteniendo como era de esperar un gran éxito. Esta fue la única actuación en Oviedo del legendario tenor. En el mismo año, el 30 y 31 de diciembre se representaron en Oviedo las óperas de Modest Mussorgsky "Kovanchina" y "Boris Godunov", al parecer con gran éxito. No hubo representaciones operísticas en el Campoamor en 1933. Durante el año 1934, y en lo que a la lírica se refiere, solo hay constancia de un recital el 9 de agosto del barítono natural de Oviedo Augusto Ordóñez, que estuvo acompañado por las sopranos Maruja González y Carmina Burguete, así como por el tenor asturiano, debutante en Oviedo, Marcelino del Llano. Estuvieron acompañados al piano por Luis Ruiz de la Peña y Manuel del Fresno, el célebre músico y compositor ovetense.

En ese mismo año de 1934, como consecuencia de los sucesos conocidos como la Revolución de Octubre, el Teatro Campoamor sufrió un incendio tras el que solo quedaron las cuatro paredes y un montón de escombros.

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