Hay cielos que no dejan ver la luna y bares donde el público hace difícil distinguir el escenario o ganar la barra. Pero en ninguno de los casos impiden conocer la belleza o la emoción. Ayer fue una de esas noches. Ayer era el "Harvest Moon" en el Ca Beleño y un puñado largo de músicos se habían citado para homenajear a Neil Young coincidiendo con la luna llena de septiembre, la "luna de cosecha" que el abuelo canadiense del gran repertorio americano colocó en el título de su canción "Harvest moon" (1992).

Fue la cuarta edición de esta reunión de "Neilanianos", la quinta si se cuenta la audición de discos en un pequeño café de la calle Paraíso que dio origen a este homenaje sincero y sin adornos. El resto de las ediciones han sido como la de ayer, con guitarras acústicas y armónicas y un lista muy larga de amigos del repertorio de Neil Young. Repitieron al frente del sarao Puri Penín y Kike Suárez, una con su exquisito acierto musical, el otro con su ímpetu de bardo maliayo, dos caras de una misma devoción. Entre el público se alternaban los músicos esperando su cita, gente como Nico Braña, Gary Parfitt, Manuel Velasco, Michael Lee Wolfe, La Gringa, tantos otros, y amigos, compañeros de profesión, melómanos.

Dentro, abarrotado, hacía calor y el trasiego de cerveza y entradas y salidas a tomar aire fue acompañando un repertorio interpretado con el espíritu de una jam de amigos. Y fueron sonando "Heart of gold", "Loner", "Comes a time", "Barstool blues", "Don't cry no tears" o "Long may you run". Se fue alargando la sesión y siguieron cayendo clásicos de ese repertorio inmenso, que incluye sus grandes discos en solitario con o sin los "Crazy Horses", pero también todo lo que significan las etapas de Crosby, Stills, Nash & Young o "Buffalo Springfield". Y después de que el público se viniera arriba con canciones como "Hey Hey, my my", hubo momento para "Harvest moon", también con una escoba para marcar el ritmo como en la grabación original, y un hermoso final en forma de "We'll meet again" de la centenaria dama británica Vera Lynn, promesa de volver a Neil Young cuando pasen doce lunas.