La sequía que golpea a buena parte del país puede haber afectado en alguna medida al embalse de los Alfilorios -la principal fuente de suministro de Oviedo- pero no es ni mucho menos la causante de que los niveles de agua del pantano se encuentren actualmente bajo mínimos preocupantes. Al menos esa es la opinión de los meteorólogos y los expertos en hidrología consultados por este diario, que no consiguen encontrar una razón lógica para explicar por qué el embalse se encuentra al treinta por ciento de su capacidad cuando la media del resto de los pantanos asturianos supera el setenta por ciento.
José Miguel Viñas, vicepresidente de la Asociación de Comunicadores de la Meteorología (Acomet), es de los que piensa que el problema no se debe únicamente a la escasez de precipitaciones. "No me cuadra que haya un contraste tan grande con otros pantanos de la región", señala el meteorólogo. "Puede que se haya tenido que desembalsar mucha agua o utilizarla para algo concreto disparando el consumo", indica Viñas. "Estamos en un año de déficit de lluvias, pero no tanto", añade.
En la misma línea se mantiene el también meteorólogo David Arango, que rechaza la posibilidad de que exista tanta diferencia de precipitaciones entre las zonas en las que están ubicados los diferentes embalses asturianos y los manantiales que los surten. "En la región no se dan datos tan heterogéneos de precipitaciones como pudiera ocurrir por ejemplo en los Pirineos", indica para destacar que la gran diferencia de volumen de agua almacenado entre los Alfilorios y el resto de grandes embalses resulta "cuanto menos llamativo".
A la hidrogeóloga Beatriz González tampoco le cuadran las cosas. "No es normal que ocurra esto en los Alfilorios cuando el resto de los embalses se encuentran por encima de la media de los últimos diez años. No recuerdo el pantano en una situación así", afirma. Para ella sólo existen dos posibilidades: que el embalse "tenga una fisura" o que se trate de un "problema de gestión" por parte de Aqualia, la concesionaria del agua en Oviedo. "Cuando se construyó el pantano, como se hizo sobre piedra calcárea, hubo que vaciarlo para sellarlo porque tenía pérdidas. Ese puede ser uno de los motivos, pero también podría ser la mala gestión, por supuesto", recalca.
Algunas fuentes apuntan también a que Aqualia podría no haber recurrido lo suficiente a la estación de bombeo de Palomar para extraer agua a lo largo del año de los pozos del río Nalón con el fin de prevenir la situación actual. Esa teoría sostiene que para la empresa concesionaria es más barato tomar el agua de los Alfilorios que poner en marcha los bombeos -esta medida se activó a partir de junio- y que Aqualia habría desestimado esa opción confiando en que hubiese más precipitaciones. Ana Rivas, la concejal socialista de Infraestructuras y Servicios Básicos, no piensa lo mismo. "Yo no soy técnico y no puedo valorar si la gestión se ha hecho bien o mal, pero lo que si se es que a Aqualia le cuesta más bombear agua de los Alfilorios, como ha tenido que hacer hasta hace unos días, que sacarla del río, algo que sólo se hace cuando hay mucho estiaje y a lo que no se recurre todos los años", asegura. Rivas tampoco cree que en el pantano existan fugas. "Una fisura no aparece de la noche a la mañana. Además, de ser así, los niveles seguirían bajando y estos días han subido un poco", dice.
Lo que sí quiso dejar claro la concejal es que los pagos que está recibiendo Cadasa por el suministro extra para cubrir la demanda de Oviedo -en los últimos días más de la mitad del agua que se consume en el municipio proviene de los pantanos del alto Nalón cuando lo habitual es que sea un dieciocho por ciento- corren a cargo de Aqualia y no suponen sobrecostes para el Ayuntamiento. "Entra dentro del canon", afirma Ana Rivas.
