Como un reconocimiento al trabajo que han hecho por sus clubes y a los logros deportivos con los que sus equipos han elevado el nombre de la ciudad. Así se toman Lucía Álvarez y María Suárez, capitanas del Oviedo Balonmano Femenino y el Real Oviedo Femenino, su elección para lanzar el chupinazo de San Mateo. Una tarea, la de dar inicio a las fiestas, que afrontan con "orgullo" e "ilusión" y que consideran una oportunidad para reivindicar el deporte femenino. Aunque saldrán solas al balcón del Ayuntamiento, ambas estarán arropadas por sus compañeras de plantilla y toda la capital del Principado.

"Es algo muy bonito", reconoce María Suárez, que lleva quince temporadas defendiendo los colores del Real Oviedo Femenino, que hasta la temporada anterior llevaba por nombre Oviedo Moderno. "Empezar de niña y llegar a llevar el brazalete del primer equipo es un sueño hecho realidad", cuenta la deportista, que disfrutará tras el chupinazo del ambiente en las calles y plazas que alegrarán los chiringuitos, "que es lo que más presta de San Mateo". "Es importante que se vea al fútbol femenino y darnos algo de proyección y la gente conozca todo lo que hacemos", comenta también la futbolista.

"Estamos muy agradecidos al Ayuntamiento, que reconoce de este modo el trabajo de un club femenino y un deporte más minoritario", señala, por su parte, Lucía Álvarez, capitana del Oviedo Balonmano Femenino. Reconoce que está "un poco nerviosa" pero tiene "muchas ganas" de enviar de fiesta a toda la ciudad con el lanzamiento del chupinazo. "Es una experiencia única pero también es una gran responsabilidad porque voy en representación de mi club", sentencia la deportista.