El edificio número 58 de la calle Uría estrenó ayer su restaurada fachada, justo cuando va a cumplirse un año y medio del pavoroso incendio que arrasó el inmueble y en el que perdió la vida el bombero Eloy Palacio, cuya memoria se homenajea con una placa que ya luce sobre la remozada portada. Se trata de un primer y simbólico paso en unas obras de restauración integral que concluirán en noviembre y que convertirán a este centenario edificio en el primero de varias alturas de la región en contar con el novedoso estándar de eficiencia energética "passivhause". Se trata de un sistema controlado por una máquina del tamaño de una nevera que permite lograr los máximos estándares de confort con un gasto mínimo en energía. Y es que, por ejemplo, no es necesaria calefacción para mantener el inmueble a una temperatura media y estable de entre 20 y 22 grados.

Confiesa Mario Pevida, arquitecto técnico de la constructora asturiana que se ha hecho cargo de la obra, que las labores de restauración de la fachada no han resultado sencillas. El hecho de que el edificio forme parte del Catálogo Urbanístico del Concejo de Oviedo ha obligado a rehacer la portada de acuerdo a su diseño original y aprovechando la piedra que se salvó del incendio. "Todo lo recuperado se ha usado y está puesto en la fachada", apunta Pevida sobre un proceso de restauración en el que, curiosamente, no ha sido necesario sustituir la puerta de entrada, puesto que se salvó de las llamas.

Lo primero que hizo la constructora tras el incendio fue culminar las obras de demolición y desescombro. La rehabilitación en sí arrancó en enero de este año con el desmontaje de las dos plantas superiores del inmueble. Todas las piezas obtenidas se numeraron para utilizarlas en la cuidadosa reconstrucción que ha dejado al edificio con un aspecto idéntico al que tenía antes de que fuera pasto de las llamas.

Ayer, las obras de retirada del andamiaje se iniciaron a primera hora de la mañana y la mayor parte de la fachada ya era visible desde la calle a mediodía, si bien las labores no concluyeron del todo hasta la tarde. La actuación llamó la atención de los numerosos viandantes que pasaron a lo largo del día por Uría.

Este edificio fue erigido en 1889 con diseño de Juan Miguel de la Guardia. El entonces arquitecto municipal desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la nueva ciudad burguesa que se fue generando en los últimos decenios del siglo XIX.