La liga aficionada "Amigos de los Bolos" tiene campeón de verano. Habituados a ver cómo se bautiza a los líderes de las competiciones ligueras como "campeones de invierno" al finalizar la primera vuelta. En la pujante competición amateur de la cuatreada regional el ecuador llega en plena temporada estival y de momento el dominio corre a cargo de la peña Casa Cuqui de Granda, un equipo muy reforzado que este año quiere dar la campanada frente a unos rivales con los que comparte el espíritu de que "lo importante es participar".
La competición comenzó ya el pasado febrero con la inscripción de una decena de equipos formados por jugadores de Tercera Categoría o aficionados en su mayoría. Los inscritos para esta cita que se creó en los últimos años, pero cada vez toma una mayor seriedad fueron el Grupo Covadonga de Gijón, Lieres, Villa de la Sidra-Titi de Nava, El Biche, Priañes, Contrueces, Santiago, Bocamina, Prau La Hueria y Casa Cuqui.
A falta de la disputa de algunas partidas aplazadas para acabar la primera vuelta, la peña Casa Cuqui, liderada por Miguel y Elías Mier, encabeza la tabla con 16 puntos, fruto de ocho victorias y una sola derrota. Los sierenses aventajan en un sólo punto a los vigentes campeones de la competición liguera, la peña Prau La Hueria, que de momento sólo cedió un empate y una derrota en los nueve enfrentamientos que llevan disputados. Justo los mismos números que presenta la peña Bocamina de Sama de Langreo, que ocupa la tercera plaza empatados con sus vecinos lavianeses.
El comienzo de la segunda vuelta está fijado para el día 16 de este mes. Casa Cuqui visita ese día a la peña Contrueces de Gijón, mientras que Bocamina también se traslada a la villa marinera para enfrentarse a Santiago y Prau La Hueria viaja a Nava para enfrentarse a una peña Villa de la Sidra-Titi que para esta competición alinea a los jugadores menos habituales que no tienen sitio en el primer equipo capitaneado por el laureado Javier Pruneda.
Es tal el empuje que ha cogido esta liga, que son muchos los jugadores que han encontrado en la misma un aliciente para posteriormente empezar a participar de manera regular en el circuito federado. El formato es totalmente respetuoso con las competiciones oficiales, puesto que existe un compromiso de respetar las fechas de las mismas y aplazar todas las partidas de la liga para no entorpecer otras competiciones. "Es una liga para pasarlo bien y disfrutar de los bolos", señala el miembro de la peña Lieres, Jaime Palacio, cada vez que habla de una competición que para su equipo y alguno más es la que más ilusión despierta. El nivel es parejo y los errores no penalizan tanto como en las citas oficiales en las que los contendientes suelen mostrarse más tensos y ansiosos por ganar.
La buena acogida de la liga queda patente cada vez que llegan las rondas finales a las que acuden todos los participantes y acompañantes para disfrutar, además de unas buenas jornadas de bolos, de una comida de confraternización que sirve para abordar las anécdotas y comentar las jugadas surgidas a lo largo de una competición que empieza en el mes de febrero, incluso antes que la temporada oficial, y se prolonga hasta el mes de noviembre, cuando está previsto el final de la fase regular y la disputa de las rondas finales.
