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Postales mateínas

Willy Pola: "El San Mateo de antes era más razonable e ingenuo"

El polifacético ovetense, volcado ahora en la música, rescata su juventud en las fiestas, cuando la Herradura era "el eje de todo"

Willy Pola junto a Marifé de Triana en el San Mateo de 1995. LNE

Los conciertos en la Herradura y las carrozas del desfile del Día de América en Asturias afloran en la memoria de Guillermo González-Pola, más conocido por todos como Willy Pola, ante la pregunta "¿Qué recuerda del San Mateo de su juventud?". Este polifacético ovetense, además de músico, regentó el famoso café Oliver entre 1982 y 1995 y cuenta a sus espaldas con muchas fiestas de San Mateo. Sus recuerdos más dulces datan de antes de los años 70, cuando aún no había chiringuitos y la gente se concentraba en las verbenas de la Herradura.

"A San Mateo venían las mejores actuaciones de España; en Oviedo tuve la oportunidad de ver a "Les Surf", el grupo de moda en los sesenta", relata González-Pola. La actuación de los de Madagascar con su clásico tema "Tú serás my baby" fue una de muchas: "La Herradura era el eje central de la música en San Mateo; la oportunidad que teníamos entonces de ver música en directo". Como aquella vez, en 1995, que actuó Marifé de Triana en la ciudad y González-Pola tuvo la oportunidad de hacerse una foto con la cantante de copla.

Más allá de las actuaciones musicales, los bailes en la Herradura eran el escenario perfecto para conocer gente. "En aquellos tiempos las relaciones en la calle eran complicadas porque había menos bares", relata el ovetense. Las fiestas de San Mateo también han sido testigo del comienzo de muchas historias de amor: "la posibilidad de acercarse a chicas durante el año era paseando por la calle Uría y el paseo de los Álamos; con la llegada de las fiestas teníamos una buena excusa para encontrarnos y soltarse".

El desfile de carrozas el día de América en Asturias era, y es, otro de los emblemas de los festejos. Los haigas -coches americanos muy relacionados con los indianos- y los desfiles de Vespas y Lambrettas también vienen a la memoria de este amante de Oviedo. "Todo aquello era un acontecimiento único en una ciudad en el que había muy pocos vehículos", rememora.

La ciudad se engalanaba para la ocasión, en el Campo San Francisco siempre había actividades y en los bajos del teatro Filarmónica también había eventos. Son recuerdos que este amante de Oviedo declarado no puede borrar de su memoria por mucho que pasen los años.

Con la llegada de los chiringuitos, en los años 70, el concepto de las fiestas cambió para González-Pola. Cree que las casetas deberían llevarlas hosteleros de la ciudad, en lugar de estar en manos de "cuatro privilegiados que no tienen nada que ver con la hostelería". A pesar de su visión crítica sobre la gestión, no les quita mérito: "los chiringquitos son un punto de reunión y diversión". Para Willy Pola, "el San Mateo de antaño era más razonable y más ingenuo".

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