Foco de la vida cultural y social local, los entendidos traspasan a toda Asturias su valor referencial. El Campoamor es el teatro por excelencia, dicen, y no solo de Oviedo sino de toda la región y llega a su 125º aniversario, que se cumple exactamente hoy, con una interesante programación y fuertes vínculos con las instituciones. La ampliación del espacio escénico o la forja de su propia personalidad artística son retos para el futuro. Hoy, de momento, es día de celebración. Esta tarde, a las seis y media, en el edificio se descubrirá una placa en reconocimiento a Leopoldo Alas, Clarín, a quien el teatro debe su nombre, y a continuación habrá un concierto, con el coro "El León de Oro" de Luanco y la agrupación KEA, del País Vasco.
La gerente de la Sinfónica del Principado (OSPA), Ana Mateo, habla del Campoamor como de un "teatro de primera, de la cultura con mayúsculas", "un estandarte que identifica a la ciudad". La OSPA dio en él su primer concierto y no ha faltado ningún año, de los 27 que tiene. Lo mismo sucede con la orquesta Oviedo Filarmonía. María Riera, que lleva su gerencia, recuerda que su primera actuación también fue en el Campoamor. "Es el teatro de Asturias por excelencia, sin desmerecer al Palacio Valdés y al Jovellanos; es el que tiene la programación más completa y donde se entregan los premios Princesa de Asturias", sostiene. El tamaño del escenario impide traer producciones muy grandes, comenta, aunque no impide que la ocupación de espectáculos sea elevadísima.
Teresa Sanjurjo es la directora de la Fundación Princesa de Asturias. "El teatro Campoamor nos acoge cada año, nos arropa, y forma parte esencial de nuestros galardones", afirma. Eso sucede desde 1981 y Sanjurjo no quiere dejar pasar el aniversario del teatro sin dar las gracias "a todas las personas que trabajan en él" y a la Fundación Ópera de Oviedo por su labor en favor de la lírica. Jaime Martínez, su presidente, considera el Campoamor "el epicentro de la cultura musical de Oviedo y de Asturias" y cuenta que en él ha vivido "momentos extraordinarios" desde que en 1956 fue con su padre a un concierto de Ataúlfo Argenta. Confía que el Ayuntamiento de Oviedo retome el proyecto para ampliar la caja escénica y los premios líricos, suprimidos por motivos económicos.
El asesor musical municipal Cosme Marina afirma que el Campoamor es "uno de los grandes teatros nacionales por historia y por su programación actual". "Es uno de los grandes iconos de la ciudad y el Principado, un teatro público y los gobernantes deben estar a su altura", manifiesta. El director de escena ovetense Emilio Sagi debutó en la dirección de ópera en 1980 en el Campoamor y antes había pasado por su escenario como bailarín y cantante, en la Universidad y el colegio. "Es el centro de la ciudad, no solo cultural, también social", opina. Sagi echa de menos personalidad. Considera que el Campoamor necesita una dirección artística, "que programe con filosofía cultural y que no esté al servicio de los políticos, aunque tenga que rendirles cuentas, económicas y de gestión".
