Ramón de Campoamor y Leopoldo Alas "Clarín" se reencontraron ayer a las puertas del teatro ovetense que lleva el nombre del poeta, en el marco del 125.º aniversario del coliseo. Un reencuentro que fue dos: primero en forma de escena dramatizada, con los actores Borja Roces y Enrique Dueñas encarnando a estas dos "figuras emblemáticas para la literatura española y universal", como los definió el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, y después como reconocimiento institucional, con el descubrimiento de una placa que, a las puertas del teatro, reivindica la decisiva participación del autor de "La Regenta" en la decisión de dar el nombre de Campoamor al teatro.

De la admiración de Clarín por el autor de "El tren expreso" dio fe la bisnieta del novelista, Ana Cristina Tolívar, que rescató un texto poco conocido de su ascendiente en el que fantaseaba con un homenaje en Oviedo al poeta, de cuyo nacimiento se cumplen, también este mes, 200 años.

De la importancia del templo ovetense del arte escénico, pocas dudas. "El teatro Campoamor es un referente de la cultura en toda Asturias, pero también lo es a nivel nacional, y en los ámbitos social, político y económico", reivindicó el alcalde de Oviedo, Wenceslao López, quien recordó una anécdota de su niñez: aquellas noches de estreno en el Campoamor en las que las mujeres de su barrio, "El Rancho", se acercaban al teatro para ver los vestidos que lucía la alta sociedad.

"Era un espectáculo para ellas", reflexionó el regidor, que celebra que el teatro se haya abierto "a la sociedad". "Cuando hacemos las visitas teatralizadas, la gente no habla del teatro Campoamor, sino que habla de 'nuestro' teatro Campoamor", precisó el concejal de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, "Rivi".

Desvelada la placa, el teatro abrió de nuevo sus puertas para que los ovetenses pudiesen disfrutar del concierto de aniversario, patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA, a cargo del coro "El León de Oro", que cumple también este año su 20.º aniversario y que estuvo flanqueado por el grupo vocal Kea. Un concierto que comenzó con una profunda interpretación de las "Lamentaciones" de Orlando di Lasso y culminó con la "Misa para coro doble a capella" de Frank Martin, complementada con una propina por parte de unas corales cuyo desempeño fue reconocido con una gran ovación por parte del público.