El público estuvo de pie cantando, dando palmas y los saltos que permiten las butacas del Auditorio ovetense, que fue donde Dani Martín montó ayer la gran fiesta con su concierto mateíno, que abrió con juego de luces y un escenario repleto de televisores.

Hubo muchas emociones, pasiones, energía y entusiasmo. Dani Martín brindó por los mexicanos (ante la tragedia del terremoto), dedicó el concierto a un asturiano clave en su proyecto y lo despidió acompañado en el escenario de dos pequeñas fans que le entregaron unos obsequios y con las que acabó al ritmo (de la música ambiente) de "One Headildight".

Fue una noche intensa, de dos horas y media en la que todos esos momentos citados (y varios más: se acordó de una amiga y de una seguidora, Laura, "que sabe de mi más que yo") los enlazó con canciones que siempre contaron con la coral del público, con temas que "dibujaban" su "Montaña rusa" actual, con viajes a "París"; con la fuerza melódica de "Que se mueran de envidia". Canciones que caminaron por distintas etapas de la carrera del cantante. Claro está, entre tanto guiño, los hubo y bien celebrados a su antigua banda "El canto del Loco".

También canciones regaladas "por un amigo" (Leiva) con la intensidad urbana, o así; de "Madrid, Madrid, Madrid". Un reguero de piezas que, efectivamente, se acoplaban al oído de los fieles que llenaron el auditorio al primer acorde. También hubo guiños en forma de versiones, como "Hace calor", que cantaron los miembros de la banda tras presentar uno a uno Dani Martín. Para lo ocasión el cantante cogió la guitarra.

En los bises, el número dos, fue una intensa adaptación de "Feel", de "Robbie" Williams. Y así hasta marcar el final de una sesión que movió diversos estilos, aunque con abundancia del toque Martín, entre el pop guitarrero y alguna baladas con las que crecen las sensaciones sentimentales. Pero lo que cuenta al final es estar en propiedad de un repertorio amplio y conocido, creado en su andadura en solitario y mezclado con las pinceladas de su grupo de antaño.

Lo esperado en una gira que lleva el mismo estado de emociones y pasiones desde que comenzó el pasado mes de febrero en Gijón.

Al margen de todas esas sensaciones desprendidas entre sus fieles, hay que sumar a los datos de su éxito el hecho de que el ex "Canto del loco" agotó las entradas a velocidades supersónicas.