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Responden los voluntarios del Teléfono de la Esperanza de Asturias

Claves eficaces para gestionar el tiempo

Una medida infalible es asignar un orden y plazos a las tareas pendientes | Llevar una agenda también sirve de gran ayuda

Un sistema para marcar las tareas realizadas.

Con el comienzo de un nuevo curso, aparecen de nuevo muchas rutinas establecidas, esas que desplazamos al olvido durante el periodo estival pero que irremediablemente se presentan ante nosotros con la llegada del mes de septiembre. Una de las quejas que más se oye en estos días es la referente a la falta de tiempo para afrontar las actividades cotidianas, lo que hace que nuestro nivel de estrés aumente considerablemente.

Pues bien aquí van unas pautas para intentar modificar esos comportamientos que nos complican un poco la vida.

Empecemos por asignar tiempo a las tareas, de modo suficiente, pero no excesivo. Trabajar sin plazos, supone un elevado riesgo. Merece la pena hacer un listado de tareas, ordenarlas por orden de importancia y marcar esos plazos de manera clara y definida. Hay que recordar ese proverbio inglés que dice "Uno de estos días, es ninguno de estos días".

Si una tarea es muy compleja y se descubre que se va aplazando continuamente, puede dividirse en subtareas que la hagan mas manejable, pero no se debe olvidar que la palabra mágica en todo este proceso es disciplina.

Cuando se emprende una tarea, esa es la prioridad, por tanto, hay que apagar o silenciar el móvil.

Utilizar una agenda, bien sea en el móvil o en papel, liberará la memoria y centrará las tareas a corto plazo. Por último y muy importante, hay que programar un tiempo de ocio o asueto propio. Eso es innegociable, pues si no se descansa, si no se recuperan energías, cada vez se estará más espeso, más cansado y las decisiones serán menos acertadas lo que llevará a hacer atribuciones causales erróneas y a confundir un bajo rendimiento debido a la fatiga con un rasgo característico y definitorio de uno mismo en el que no se sale muy bien parado.

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