Podría escribirse que "Sweet California" pusieron ayer encima del espectáculo de la Catedral un espectáculo de R'n'B contemporáneo, con gusto funky y momentos de balada pop emocionada, que sus bailarines hicieron números de hiphop aceptables o que los cuatro músicos que arropan en escena la banda cumplen bien su papel. Podría empezar a detallarse dónde las voces de Sonia Gómez, Alba Reig y Tamy Nsue estuvieron más empastadas y dónde menos o analizar si la programación del videowall estuvo más o menos acertada. Podría contarse todo eso y, sin embargo, no reflejaría absolutamente nada de lo que sintieron ayer, a lo largo de una hora y media las 4.400 almas, en su mayoría niñas de entre nueve y quince años, en grupo de amigas o acompañadas por algún tutor, que abarrotaron la plaza de la Catedral.

La actuación de las "Sweet California", un reciente fenómeno fan creado aquí, en España, pero con vocación internacional, fue, junto con "Gemeliers", la que más público movilizó, por ahora, en las fiestas de San Mateo. Y como en el caso de los hermanos Oviedo, el trío también obligó a activar la prealerta para cerrar el acceso a la plaza cuando empezó a superar el 90% del aforo.

De lo que trataba el concierto de "Sweet California" era de ver de cerca a esas tres chicas con las que su público convive a diario en las pantallas. Poder incluso, las más afortunadas, tocarlas, lograr un autógrafo, hacerse una foto.

Eso fue lo que sucedió a su llegada en la furgoneta. Y Sonia, Alba y Tamy cumplieron con sonrisas y buenas maneras. Después, pasadas las nueve de la noche, las tres chicas, los tres bailarines y los cuatro músicos se conjuraban con un saludo de equipo para saltar al escenario. Lo hicieron con "Attention" y rápidamente sonaron éxitos muy coreados como "Hum" o la versión en castellano de la película "Big Hero 6", "Inmortales".

Frente a ellas, el público estaba feliz. Las amigas compartían entre selfies el momento y exhibían todo tipo de trabajos en cartulina para mostrar su amor.

El espectáculo de "Sweet California" está rodado y ajustado para su público. Vídeos, televisores, números de baile e interludios más o menos funky se van alternando en un repertorio que permite a las protagonistas de todo lucir hasta tres vestuarios distintos.

Además de cantar, de su boca salieron todo piropos para su público: "bonitas, gracias de todo corazón, movéis tanto amor...". Canciones como "This is life" o "Hey Mickey" agitaron más al personal y el set acústico con "Espérame" ofreció momentos más íntimos y un abrazo entre las tres que toda la plaza interpretó como el abrazo de sus amigas.

En la recta final, "Broke", "Ladies Night", más agradecimientos, la coreadísima "Vuelvo a ser la rara", "Vuelves" o el bis "Good Life", lluvia de confetti incluída, saciaron y dejaron al público contento y listo para volver a casa a seguir viendo sus vídeos.