José Antonio Martínez lleva cinco años en Shenzhen (China), desde donde vive las fiestas de San Mateo en la distancia. Tiene el domicilio familiar en el centro de la ciudad pero su calendario laboral le ha impedido volver para la ocasión y sigue las celebraciones a través de internet. Estudió Empresariales en la Universidad de Oviedo y trabaja en una empresa tecnológica de Shenzhen, situada al sur de China,
- ¿Cómo se vive San Mateo en la distancia?
-Lo estoy siguiendo mucho a través de la prensa digital. Me gustó mucho que el periodista británico Sid Lowe diese el pregón, porque soy oviedista y él ha hecho mucho por el Real Oviedo. Me gustaría pasarlo con la familia y los amigos y pero me voy haciendo a la idea. Los primeros años fueron los más duros pero el deber es el deber.
- ¿Le mandan sus amigos muchas fotos desde los chiringuitos?
-Me mandan fotos, me comentan a qué concierto van... Me ponen los dientes largos. Mientras ellos lo pasan pipa yo estoy peleando con el trabajo.
- ¿Cuál es su caseta favorita?
-Solía ir siempre al "Topu Fartón" o al de la asociación de peñas del Real Oviedo, porque es una forma de ayudarles y, además, se monta siempre una buena folixa.
- ¿Qué es lo que más echa de menos?
-El ambiente de la pandilla. Cuando más lo viví fue en el instituto y la universidad y la atmósfera era muy buena. Todos los amigos siempre pasábamos las fiestas juntos. Luego cada uno hace su vida, es difícil juntarse y ya no es lo mismo.
- ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de China?
-El choque cultural. Al principio me resultaba muy complicado poder entenderme con la gente, incluso en el trabajo. Era muy frustrante. He estudiado chino y eso me ha facilitado las cosas. Pero es un país muy distinto, con sus costumbre y tradiciones. Los chinos son muy peculiares.
