Los nichos en el cementerio municipal de El Salvador ya no pueden comprarse. Actualmente hay dos formas de alquilarlos: por cinco años o por cincuenta. Una vez que se cumple el tiempo establecido, la empresa concesionaria que lleva la gestión del cementerio avisa a los familiares, que bien pueden prorrogar el alquiler o acceder a que los restos de su familiar sean exhumados para dejar el nicho libre. "La mayoría de las personas que no amplía el alquiler contrata unos servicios funerarios para que recojan los restos y los incineren, hay un porcentaje muy bajo de restos que van al osario", explica un profesional cun un amplio bagaje en el sector funerario consultado por este diario.

Cuando hay familiares de por medio se les avisa para que asistan a la exhumación si eso es lo que han decidido, pero la mayoría no acude. "Muy pocas familias van a las exhumaciones", reconoció ayer un compañero de los cuatro detenidos que se encontraba trabajando en el cementerio. "Son imágenes muy desagradables y nadie quiere pasar ese mal trago, por lo tanto los enterradores suelen hacer ese trabajo sin que nadie los controle", subraya el empresario del sector funerario. "Muchas familias te piden las joyas en la funeraria, pero otros las dejan o no se dan cuenta al enterrar al fallecido", añade.