Carmen Quirós (Avilés, 1987) llegó en el año 2014 a la plaza de abastos del Fontán para sustituir de forma temporal a la gerente, cargo que ocupa de forma permanente desde el año pasado. Se encarga de gestionar la sociedad que engloba a los 39 negocios que ocupan los 45 espacios del mercado interior, los sesenta que se colocan a diario en torno a la plaza que celebra este año su 225.º aniversario y los 220 que ofrecen sus productos cuando se celebra el rastro. Lleva la publicidad, la limpieza y el mantenimiento de los locales, e incluso llena la nevera de su domicilio de Oviedo.
- ¿Cómo se trabaja en el Fontán?
-Mi labor consiste en compaginar las finanzas y el presupuesto de la sociedad con las necesidades que puedan tener los comerciantes. Tengo que conjugar las posibles acciones con la disponibilidad económica.
- El contacto con los comerciantes es directo.
-Sí, claro. Mercado El Fontán se rige por un consejo de administración que se reúne de forma mensual. A esos encuentros yo llevo lo que me van comentando quienes trabajan en los puestos.
- ¿Hay mucho interés por instalarse en el mercado?
-Sí, pero ahora mismo todos están ocupados. De hecho, llevamos muchos meses completos, lo que es un éxito porque no es habitual que este tipo de mercados estén llenos.
- ¿Mejores días de venta?
-Los jueves y los sábados. Hay mercado en la calle y son los días estrella. Los sábados, además, se acerca mucha gente joven aprovechando que no trabaja.
- ¿Es gente del barrio?
-Por semana sí, y en general, mayor. Pero los fines de semana viene otro perfil de cliente.
- Los comerciantes piden un aparcamiento.
-Es un problema de difícil solución. Se está barajando hacer una especie de bono para utilizar en alguno de los parkings de los alrededores o habilitar en la zona azul un espacio para los clientes. No hay manera de poner un parking aquí y eso nos perjudica bastante porque los que se quieren acercar y hacer la compra con rapidez no pueden.
- ¿Les ha afectado la llegada de grandes superficies?
-Desde que yo estoy aquí, convivimos con ellas. El cliente del supermercado y el que viene aquí es diferente. En Mercado El Fontán se buscan calidad y asesoramiento porque los comerciantes están mucho más especializados.
- ¿Cómo se organiza el mercado de la calle?
-Hay un censo con lista de espera y cuando los habituales no acuden, a las 09.30 horas, el cobrador va colocando a los del censo. Es un proceso organizado y reglado que no suele dar nunca problemas. Viene muchísima gente interesándose pero la rotación es muy baja.
- ¿Cómo es su relación con el Ayuntamiento?
-En el último año nos hemos reunido unas cuantas veces y tratamos de que sea una relación fluida. Es bueno tener contacto con los problemas que puedan surgir, en la infraestructura sobre todo, que ya hace 24 años que se remodeló y van saliendo goteras y otros asuntos. Para solventarlo es necesaria tener relación con el Ayuntamiento.
- ¿Se interesan desde otras comunidades por su éxito?
-Sí que lo hacen, porque entre los distintos gerentes tenemos trato y siempre quieres enterarte en otros sitios de cara a modernizar y ver si lo que hace el vecino lo puedes implantar.
- ¿Cómo se puede modernizar algo tan tradicional?
-Ofreciendo nuevos servicios y oportunidades al cliente. Si vienen por un producto más fresco y de mayor calidad también deberíamos ofrecerle otras cosas como la venta por internet y la flexibilidad de horarios.
- ¿Viene mucha gente a pasear?
-Infinidad de turistas y, por la belleza del edificio, es una parada obligada. En los meses de verano, sobre todo, hay muchos.
- ¿Llenan la bolsa?
-Hay de todo. Están los que solo pasean y también los que se llevan productos asturianos como recuerdo.
- ¿La gerente compra en El Fontán?
-Me llevo carne, pescado? lo que surja. Tampoco soy muy cocinillas pero sí me llevo cosas.
- ¿Qué retos afronta el mercado?
-Hay que fidelizar nuevo público. Ahora todo el mundo quiere comer sano, llevar una vida saludable y fomentar el comercio de proximidad. Pero el problema es que la gente sale de trabajar y se pasa por el supermercado porque es más rápido. Tenemos que intentar ponérselo más fácil para que vengan aquí.
- ¿Se nota mucho que los comerciantes tienen una gran tradición en la zona?
-Muchos se venían después del colegio a echar una mano a sus padres o abuelos. Saben de esto más que nadie porque han hecho su vida aquí y se han criado aquí.
