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Antonio Navarro: "A mucha honra, soy uno de los cuatro hombres matrona de Asturias"

El enfermero aboga por una atención más personalizada antes y después del parto que ayude a la mujer a mejorar su físico

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Asturias participa en la Semana Mundial de la Lactancia

"Soy uno de los cuatro hombres matrona que hay en Asturias. A mucha honra. No me llames matrón". Antonio Navarro defiende sin fisuras el género gramatical femenino de su profesión. Y eso que la Real Academia Española acepta matrón como "persona especialmente autorizada para asistir a las parturientas". A este enfermero enamorado "del milagro de la vida" y con vocación de ayudar antes, durante y después del parto, sus pacientes también le aceptan tras superar la sorpresa inicial de encontrarle en una lista cercana a las 130 matronas en la que todas, menos él y otros tres, son mujeres. Sevillano de 39 años y afincado en Asturias, participa en las actividades de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que se celebra en la región hasta el domingo bajo el lema "Apoyar la lactancia materna, juntos".

Como el resto de sus colegas, aboga por enterrar falsas creencias sobre la maternidad que más que ayudar, confunden a las madres noveles. Lo hizo ayer en la librería café Santa Teresa rodeado de madres y alguna que otra pareja con sus bebés. "Eso de que hay que tener al niño quince minutos en cada teta, es falso". Antonio echa por tierra algunos de los consejos de madres y abuelas sin cortarse un pelo. "También se dice que hay leches maternas que no son buenas. Mentira. El número de mujeres que no puede dar de mamar por razones médicas es reducido". Las allí congregadas le miraban como a su salvador mientras hacían esfuerzos por sostener al crío, darle el pecho o consolar sus llantos.

El hombre matrona no tiene hijos. "No, pero me lo planteo". Se nota que le encantan los niños y las historias con final feliz. Formado en el Reino Unido, pasó por hospitales de Inglaterra, Portugal y España para ejercer en unidades de cardiología y cuidados intensivos conviviendo a diario con la enfermedad y en ocasiones con la muerte. Aquello le sirvió para amar aún más la vida y especializarse en ser matrona, una profesión que hoy en día ejerce libremente gracias a su empresa "Acompañando", asentada Gijón.

"Nunca he sentido rechazo por ser un hombre en un mundo de mujeres. Bueno, quizás noté algo de reticencia en Inglaterra cuando atendía a ortodoxos y musulmanes. Pero superado el asombro del principio, todo iba bien".

Admite que en Asturias y en general en España es mejorable la atención sanitaria que reciben las futuras madres y las que acaban de dar a luz, especialmente en apoyo a domicilio."Eso sí, el trabajo de las matronas y el resto de profesionales es impecable", matiza. Su empresa promociona actividades que ayudan a mejorar el estado físico de la mujer con el objetivo de que lleve el mejor embarazo y parto posibles, y se recupere tras el alumbramiento. Por ejemplo, con ejercicios en el agua o un plan general de recuperación postparto.

La lactancia materna -que dio nombre al distendido encuentro de ayer en Oviedo- es otra de las grandes batallas de la matrona Antonio. "El porcentaje de madres que dan el pecho hasta los cuatro meses es bajo porque no supera el 40%, la tendencia debería ser la inversa". Como buen profesional del medio recomienda que las mujeres den el pecho a sus hijos lejos de formulaciones en polvo y siempre que no haya contraindicaciones médicas. Pero aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda amamantar hasta el año de vida, la tendencia actual de las madres es pasarse al biberón a los cuatro meses movidas principalmente por el final de la baja de maternidad (de un promedio de 16 semanas) y de dolores o molestias en el pecho.

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