La lista de personas distinguidas con la Real Orden de Carlos III, la mayor distinción civil del Estado, es larga: unos 33.000 condecorados. Son muchos, pero las concesiones se remontan nada menos que a 1771.

La Orden se concede a ciudadanos, sin importar la nacionalidad, que hayan prestado servicios extraordinarios a la nación o sean altos representantes de países amigos.

La Universidad de Oviedo inaugura hoy en su edificio histórico una exposición que recoge la historia de 246 años de un reconocimiento, rubricado por el monarca Carlos III y al que han accedido a lo largo de estos casi dos siglos y medio unos cuatrocientos asturianos. Entre los más recientes, el exjefe de la Casa del Rey, el diplomático Alberto Aza; el exdirector de la Fundación Princesa de Asturias, el periodista Graciano García o la propia reina Letizia.

"De mi Real Aprecio" es el título de la muestra que recoge documentos, una colección de distinciones de la Real Orden (banda, venera, placa, cruz y collar), ropajes y cuadros y fotografías. La distinción es concedida a los ministros cuando cesan en sus cargos (hay excepciones, que tienen que ver con la Justicia), y ahí la presencia asturiana es amplia. Se le concedió en su día a Rodrigo Rato, y también a Francisco Álvarez-Cascos, Gustavo Suárez Pertierra, Matilde Fernández, Luis Martínez Noval, Fernando Morán, Matías Rodríguez Inciarte o Aurelio Menéndez.

Otros, más lejanos en el tiempo, son José María Fernández Ladreda, Juan Vigón o Faustino Rodríguez Sampedro. Cuando murió Franco, por ejemplo, el ministro de Obras Públicas era otro asturiano, Antonio Valdés González-Roldán. Por supuesto también tienen la gran cruz de Carlos III el artífice de la transición política, Torcuato Fernández-Miranda, y el que fuera jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo.

La exposición fue explicada por Alfonso Ceballos-Escalera, cronista de Castilla y León, y el director del Museo de la Fábrica Nacional de Moneda, de Madrid, Rafael Feria, a los que acompañó el vicerrector de la Universidad de Oviedo Francisco José Borge. Cuenta con la participación de la asturiana Fundación José Cardín.

Un vídeo de unos doce minutos, que los visitantes podrán ver en la sala de exposiciones de la Universidad, complementa el más de medio centenar de piezas originales, entre las que se encuentra un soberbio retrato, obra de Dionisio Fierros, en el que se puede ver al que fuera rector universitario Domingo Álvarez-Arenas Secades, que dirigió la Universidad en tres periodos distintos a mediados del siglo XIX.

"En tiempos en los que la sociedad premia las mediocridades, esta exposición nos recuerda 250 años de historia, con las distinciones a lo mejor de las élites de España y de América", aseguró Alfonso Ceballos-Ceballos, que es historiador y vizconde de Ayala.

La más importante condecoración del Estado sigue sin ser demasiado conocida -y, por tanto, tampoco valorada- en España.