El último día de septiembre se cumplió la moratoria para que los bares con terrazas tipo B, las más grandes, con estructuras que cierran por tres de sus lados, regularizaran su situación y adaptaran estos elementos a la nueva normativa. Sin embargo, la mayoría lo ha dejado para última hora y una tercera parte de los dueños de estas terrazas no han presentado ninguna solicitud para poner al día su situación, por lo que el Ayuntamiento ordenará su retirada inmediata. Pasado el plazo correspondiente, y si el propietario de la terraza no la ha desmontado, el consistorio será quien intervenga para retirar estos elementos de la calle.
El concejal de Urbanismo y Licencias, Ignacio Fernández del Páramo, explicó que son 25 las terrazas grandes que no han presentado una solicitud para regularizar su situación, pero que buena parte de ellas son terrazas que no podrían cumplir la nueva normativa, por lo que lo previsible es que no les quedara otra que convertirse en terrazas tipo A, sin cierre.
El edil de Somos calcula que en la ciudad hay unas 80 terrazas grandes, y que las 55 restantes que sí han iniciado el proceso de regularización se irán estudiando "caso a caso". Del Páramo indicó que tratará de agilizar todos estos procesos y que su área intentará ayudar una por una a la reforma de las grandes estructuras hasta que estén totalmente adaptadas a la nueva normativa.
En el caso de las terrazas de gran tamaño que de forma aislada ocupan un espacio grande en la calle, el concejal indicó que ya se están concediendo algunos permisos y que ya existen nuevas terrazas tipo B perfectamente adaptadas a la nueva normativa. Así, citó, ya se ha puesto al día una terraza en la calle Arzobispo Guisasola y otra en la plaza del Carbayón de la Corredoria. Otras grandes terrazas que llevan tiempo funcionando, como la de la Mallorquina, indicó, están en trámites para tener la luz verde definitiva al nuevo proyecto de estructura que cumpla la normativa.
Otra cuesión diferente son las terrazas tipo B agrupadas en una misma calle. El Ayuntamiento está tratando de aplicar la nueva ordenanza en estos casos intentado que se planteen proyectos conjuntos.
No quiere decir que estéticamente tengan que ser grandes terrazas exactamente iguales, pero sí que en lo que a dimensiones se refiere y a gesión del espacio, estos proyectos se tratarán conjuntamente. El concejal Ignació Fernández del Páramo explicó que se trata de diseñar áreas en las que irán instaladas estas nuevas terrazas, definiendo dentro de una calle peatonal o una plaza las zonas donde irán colocadas y reordenando el espacio urbano allí donde se instalen para mejorar la convivencia de peatones y clientes.
Un ejemplo, explicó, es el de la calle Marcelino Suárez, donde se modificará la ubicación actual de los bancos públicos para mejorar la instalación de la nueva línea de terrazas tipo B.
Lo mismo sucederá, en la zona de Pedro Miñor, que permitirá hacer un tratamiento conjunto de todas las terrazas de la plaza y definir áreas concretas donde se instalen estos elementos. Este nuevo diseño por zonas que está poniendo en marcha el concejal servirá para ordenar las nuevas terrazas que se instalen ahora pero también para las que se puedan instalar en un futuro. Al delimitar el área dentro del espacio peatonal, fija de alguna forma la ubicación que podrían tener otro elemento de este tipo si abre un nuevo bar junto a otro ya existente.
