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China conquista la Escuela de Idiomas

La joven Zhang Xi Wen, "Isis", de 24 años, imparte mandarín en Oviedo feliz por "dejar la mascarilla anticontaminación en Pekín" y salir de sidras

Por la izquierda, Li Sheng Chong, "Fede"; Xu Hui, "Diana" y Zhang Xi Wen, "Isis", ayer, en la Escuela Oficial de Idiomas de Oviedo. LUISMA MURIAS

A Zhang Xi Wen le entra un ataque de risa cuando dice su edad. Se tapa la boca y murmulla "veinticuatro". El número parece hacer el mismo efecto entre sus compañeros del Instituto Confucio-Hanban destinados en Asturias: Li Sheng Chong y Xu Hui. Los tres llegaron hace menos de dos semanas en calidad de profesores de chino para dar clase en las Escuelas Oficiales de Idiomas del Principado gracias a un acuerdo entre su alma mater y la Consejería de Educación.

En China está mal visto preguntar por los años en una conversación. Normalmente se pide el horóscopo para calcular el año de nacimiento (los doce animales corresponden a fechas concretas). Y al parecer el margen de error es bastante bajo porque sólo hay un lapso de doce años entre cada animal del horóscopo. Como un occidental no suele estar familiarizado con esta jerga, a los tres profesores no les queda más remedio que responder a este periódico con números y reírse por su falta de tacto.

Los tres eligieron nombres castellanizados al llegar a España, así que según el mismo orden anterior son: Isis, Fede y Diana. "Mi profesor de castellano me dijo que Isis me podría venir bien porque su pronunciación es parecida a mi nombre chino". Esta lectora está en la EOI de Oviedo, Diana da clase en Gijón, y a Fede le corresponde moverse entre Avilés y Mieres. El Principado corre con los gastos de su alojamiento y manutención en la Residencia Juvenil Ramón Pérez Pidal, en la calle Julián Clavería, mientras que las Escuelas de Idiomas les proporcionan las aulas para impartir chino. Pese a que las matricula en la EOI de Oviedo todavía está abierta, Isis ya tiene tres grupos "de unas siete u ocho personas cada uno".

Por las mañanas prepara las clases y la escuela ovetense permite que sus dos compatriotas hagan lo mismo en su instalación antes de ir en tren o autobús a sus respectivas Escuelas de Idiomas. Están encantados con el trato recibido y prácticamente cualquier cosa les sorprende en el buen sentido. "Me encanta haber dejado la mascarilla anticontaminación en Pekín. Aquí respiro bien". Isis jamás había viajado a España. Salió directamente de Zhang Jia Kou, a unos 40 minutos en tren de la capital china, y tras hacer escala en Madrid aterrizó en Asturias y la llevaron a Gascona. "Me gusta comer sidra", dice sin darse cuenta de que debe usar otro verbo.

La joven lectora de chino confiesa que se está adaptando. "Tengo la sensación de que Isis no es un nombre muy popular, así que puede que me haga llamar Silvia", aclara antes de buscar un peluche para posar en la foto.

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