"El Ayuntamiento ha decidido modificar profundamente la organización de las temporadas de ópera, renunciando a hacerlo directamente, para lo que se convocará un concurso entre empresarios, reservándose una especie de supervisión sobre repertorio, fechas, compañía, etcétera. Esto equivale a decir que no se decide a pechar con el déficit resultante de muchas de las temporadas, con tendencia a ir aumentando rápidamente. El porvenir de las temporadas de ópera no tiene, por lo tanto, nada de risueño, por más que nos duela reconocerlo".