Indignación e impotencia. Esos fueron los dos sentimientos que embargaron el martes a una veintena de estudiantes del campus universitario del Cristo tras quedarse en tierra al no disponer de plazas en la línea de autobús que conecta Gijón y Oviedo. Alrededor de una treintena de jóvenes se encontraron con apenas ocho asientos vacíos en el autobús directo y el de paradas de las 10.10 horas, viéndose obligados a perder al menos una hora de clase e incluso no poder presentar trabajos necesarios para ser evaluados en tiempo y forma.
Los afectados señalan que la situación no es nueva, pues ya existen quejas previas tanto de compañeros de Gijón como de Avilés. En este caso, la peor parte se la llevan los que utilizan habitualmente la parada de la calle Gaspar García Laviana de la villa gijonesa. Al tratarse del último alto en el camino antes de salir en dirección a la capital del Principado, los usuarios se encuentran con que en días y horarios puntuales no hay asientos suficientes para cubrir la demanda.
De todos modos, sostienen que lo que peor encajan es la falta de soluciones por parte del Consorcio de Transportes de Asturias, dependiente del Principado. "Llamamos para protestar y nos dicen que eso es cuestión de la empresa responsable del servicio y que ellos simplemente tramitan el cobro de los billetes", comenta el estudiante de Derecho, Diego Cembellín, que reprocha la ineficacia y el elevado coste del transporte universitario. "Pagamos 67 euros al mes por un servicio lamentable", asegura Cembellín, que asegura haber tratado de trasladar sin éxito su queja y la de otros estudiantes a la empresa ALSA. "Te ponen a la espera y no te atienden", señala.
La propuesta que realizan los estudiantes es que el propio Consorcio de Transportes Asturianos (CTA) revise la configuración de las líneas de autobús que conectan Gijón y Avilés con los campus universitarios ovetenses y las adapte a la demanda estudiantil. "Tienen que sentarse y mirar que hay horas del día en el que hacen falta más plazas", explican los afectados, que también exigen una mayor apuesta por los servicios directos para evitar retrasos. "Hay gente que tiene que coger el de paradas porque ya no hay plazas en el directo y llegan incluso a perder la clase", señalan.
No es la primera vez en lo que va de curso que se producen quejas por problemas en el transporte público del campus ovetense. Sin ir más lejos, el pasado 14 de septiembre un grupo de 30 trabajadores de las instalaciones universitarias denunciaron haber quedado en tierra cuando esperaban un autobús de la línea urbana que conecta La Corredoria con El Cristo a las siete de la mañana. En aquella ocasión criticaron que tuvieron que recurrir a servicios de taxi para llegar a tiempo a sus puestos de trabajo, generando un gasto innecesario de diez euros a cada una de las personas afectadas por la inesperada suspensión de servicio.
