"Detrás del alcoholismo sólo hay personas que sufren; ni buenos ni malos". Así lo explicaron ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA familiares y afectados, que forman parte de la comunidad Al-Anon, que cumple su 54.º aniversario en España.

Las personas que expresaron su testimonio, siempre desde el anonimato, participaron en una charla dirigida a todos los interesados en conocer los devastadores efectos del alcoholismo en la familia y en la sociedad.

Los niños suelen ser los más vulnerables. "Cuando el problema lo padecen los padres crecen con una baja autoestima y se sienten responsables de los mayores", aseguró una de las participantes. Su caso es el de una niña criada en un hogar en el que todo giraba en torno a una botella. "Con la sensación de que tenía que encargarme de mis hermanos. Cuando me marché físicamente de mi casa, emocionalmente me quedé enganchada, me sentía insegura y me protegía con el trabajo". En su familia el alcoholismo se vivía de una forma violenta. "Con el paso de los años he podido perdonar a mi padre, me di cuenta de que era un enfermo", relató.

María Jesús Antuña, psiquiatra y presidenta de Socidrogalcohol en Asturias, aseguró que el alcoholismo es una enfermedad tratable. "Menos del diez por ciento de los dependientes están tratados". Antuña destacó la baja autoestima que suelen desarrollar los niños que viven en hogares con problemas. Las causas de la adicción son de variadas. "Hay factores genéticos de predisposición y otros que también ayudan". Si algo destacaron los enfermos y familiares usuarios de los servicios de Al-Anon es el acompañamiento y comprensión que encuentran en la entidad. "Allí estamos entre iguales, no se dan consejos ni asesoramiento, estamos a disposición unos de otros", indicó otra de las participantes. María Jesús Antuña destacó la importancia de aprender a relacionarse con alguien que padece problemas de alcoholismo, "tanto si sigue bebiendo como si no". Otro de los testimonios desgarradores lo aportó la esposa de un enfermo alcohólico. "Me casé joven con la ilusión de formar una familia, después de haber vivido siempre en un entorno cercano al alcohol; me encontré con lo mismo en mi casa; veía confusión y desastre por todas partes", señaló. "Hice todo tipo de barbaridades, padecí carencias económicas y emocionales. Estaba enferma, enfadada con el mundo, con miedo de mi propio comportamiento", añadió. José Ramón Hevia, jefe de servicio y promoción de la salud y participación en la Dirección General de Salud Pública, destacó el aumento del consumo entre jóvenes de las llamada sustancias legales desde 2011 y llamó la atención sobre la práctica del "atracón", de moda actualmente.